EXTRA

A las 4:30 de la tarde de hoy el concejo municipal de Chía, recibirá en plenaria a la comunidad de Fonquetá victima, desde hace 15 años, de una espantosa plaga de moscas que prolifera cíclicamente en la vereda, y afecta desde hace seis meses y de manera permanente la salud publica de los residentes.

La situación que ha ido pasando de castaño a oscuro, ha agotado la paciencia de quienes residen en esta vereda, particularmente la comunidad de los conjuntos cerrados, quienes hoy se sienten estafados por los constructores, que con pleno conocimiento de los graves problemas ambientales del sector, les vendieron hermosas y costosas residencias, en medio de una zona ambientalmente deteriora y castigada por los malos olores y las plagas, siendo la más notoria la plaga de las moscas.

También se sienten burlados por la administración municipal, la CAR y demás entidades de control del estado, quienes con argumentos leoninos y desidia administrativa no han podido, en tres lustros, solucionar el problema ambiental de la vereda y en cambio si han sido eficientes en dar cada años más y más licencias de construcción, para que cada día sean más los incautos asaltados y obligados a vivir en lo que los propios residentes han denominado una “cloaca ambiental”.

Esta crítica situación a la que la alcaldía solo responde con acciones de mitigación de vectores mediante fumigaciones, no termina por solucionarse, las sendas reuniones que tuvo la comunidad el año pasado con el alcalde Guillermo Varela y su gabinete, no pasaron de ser una relación de promesas y soluciones paliativas, que en nada han mejorado la situación de los residentes en esta vereda.

Por esta razón la comunidad cada vez más organizada y decidida en darle solución a este despropósito de vida en que han caído, han comenzado ha generar toda una serie de estrategias con las cuales puedan dar fin a este gravísimo problema.

En consecuencia la comunidad decidió ir en busca de los concejales quienes hasta la fecha se han hecho los de los oídos sordos y la vista gorda frente a la responsabilidad que les atañe de velar por la calidad de vida de los habitantes de la ciudad y ejercer un verdadero control político, sobre todos aquellos funcionarios que por acción u omisión han permitido la debacle ambiental que hoy vive Chía en Fonqueta y demás puntos cardinales.

El origen de la problemática de salubridad que afecta a los habitantes de este sector, se debe en buena medida al pésimo manejo ambiental de la Avícola Bacatá, ubicada en el centro de la vereda desde hace cerca de 30 años, y la cual pese al cambio de uso de suelo que ha tenido de ‘hecho’ la vereda al convertirse en otro polo de desarrollo urbano en el municipio, parece estar blindada a cualquier acción jurídica, ambiental y social, gracias al poder politiquero de sus propietarios, la familia del senador Camilo Sánchez.

Así las cosas la comunidad espera ansiosa las acciones que se tomen hoy en el concejo, para saber a que estarán abocados en su peregrinar por las instituciones del estado en pos de una solución a su medio ambiente y a su salud.