Cogua en defensa del agua y del territorio

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La sostenibilidad del modelo de ocupación se ve amenazada por la expansión de las áreas compatibles con minería señaladas en la resolución 2001 de 2016

Foto: Christian Garavito

Cogua | Tomado del Portal Las2Orillas | La Región Desde los Medios |

 El municipio de Cogua presenta una seria amenaza a su vocación ambiental y de reservorio de agua de la sabana y del país. Situado a solo cincuenta minutos de Bogotá, Cogua aunque es uno de los pocos pueblos de la sabana norte que no ha sido invadido por la explosión irracional de proyectos de vivienda y condominios que han venido acabando con la sabana en los últimos veinte años, sí está en peligro de ser invadido por un problema mucho peor: la amenaza de expansión de la explotación minera.

Cogua hace parte de la cuenca hidrográfica del río Bogotá y forma parte del ecosistema de Páramo de Guerrero y Guargua y Laguna Verde. El recurso hídrico del municipio abastece a Zipaquirá, Nemocón, Tausa, Cucunubá y Sutatausa y a la planta de Tibitó que provee de agua al norte de Bogotá y con ellos a los municipios de Chía y Cajicá. En ese orden de ideas, toda la sabana norte estaría en riesgo con los proyectos de minería.

Y es que la sostenibilidad del modelo de ocupación del territorio de Cogua, de vocación agrícola, ambiental y reservorio de agua se ve amenazada por la expansión de las áreas compatibles con minería que fueron señaladas en la resolución 2001 de 2016 expedida por el Ministerio de Ambiente y que afectarían el 16 % del municipio.

Esta resolución contraviene los principios constitucionales como el de autonomía municipal para la fijación del modelo de ocupación territorial, así como políticas y decisiones de carácter nacional como la sentencia del río Bogotá que ubica a Cogua como parte de la cuenca alta del río Bogotá y por consiguiente zona de protección especial. En el decir de Julio Carrizosa Umaña la cuenca alta del río Bogotá quizás sea la más importante del país ya que suministra casi la mitad del agua que se usa en Bogotá y en varios municipios de la altiplanicie, esto es más de 8 millones de personas.

Dentro de los impactos nefastos que implicaría expandir la minería en Cogua está que el área que se pretende habilitar para la explotación de materiales de arcilla y gravas se encuentra en la ronda del río Neusa; que extensas áreas de suelos orgánicos desaparecerían, que se pondría en riesgo especies de vegetación nativa, así como de fauna silvestre y que habría disminución en la retención de aguas lluvias por retiro del suelo. El 20% del territorio es de coberturas vegetales nativas (Espinos, Cucharos, Tunos, Coronos, Garrochos, entre otros). En cuanto a la fauna está en riesgo entre otros, la rana sue, especie endémica de este territorio y símbolo municipal (Eleutherodactylus susaguae) y el águila del páramo (Geranoaetus melanoleucos). No podemos pensar que es posible abrir canteras, movilizar camiones y volquetas, lanzar humo y polvo contamínate al aire dentro de parte de un ecosistema sin afectarlo todo.

Dentro de las zonas del municipio de Cogua consideradas compatibles con minería por Minambiente se encuentra la Institución Educativa de La Plazuela que alberga a más de 700 estudiantes quienes se verían afectados. Igualmente, el centro religioso y patrimonial Foyer De Charité, el corredor turístico y de práctica deportiva de ciclismo de la vía a la represa del Neusa y por supuesto la represa; riqueza hídrica, paraíso natural de 3.700 hectáreas de bosque andino con plantaciones forestales de pino, eucalipto y bosque nativo y con un embalse de 900 hectáreas con especies de peces como la trucha arco iris, el capitán de la sabana y la guapucha. La represa del Neusa es sitio de práctica de pesca, ciclomontañismo y camping.

Al contrario de los discursos politizados de los empresarios de la construcción y de políticos ecocidas que consideran que detrás del rechazo de la explotación minera están discursos de románticos ambientalistas y populistas, se debe señalar que en el municipio de Cogua ya hay explotación minera y que esta viene aportando al desarrollo de la construcción de la región y el distrito capital desde hace más de 50 años. Según datos de la Alcaldía Municipal y de las propias empresas es esta una industria que genera 1018 empleos directos, un total de 2651 empleos generados y una población beneficiada de 3563 personas. Se calcula una producción anual de 430.000 mil toneladas promedio de materiales de arcilla y un volumen de ventas anuales de 68.000.000 mil millones de pesos.

Por supuesto que la enorme sensibilidad que hoy tienen los temas ambientales ha llevado a una sólida defensa del territorio por parte de sus pobladores; es así como la alcaldía, las organizaciones cívicas y comunitarias, las empresas de la zona y el concejo municipal se han unido con el único propósito de rechazar la expansión minera. Representativo de esta expansión es la Ladrillera Santafé que tiene tres títulos aprobados que suman más de mil doscientas hectáreas en Cogua y municipios vecinos como Nemocón y Tausa.

El año pasado el Concejo Municipal aprobó la realización de la consulta popular a iniciativa del alcalde y que finalmente fue declarada inconstitucional por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Curiosamente los detractores de la consulta que acudieron con sus coadyuvancias a descalificarla ante el tribunal fueron encabezados por el estado (el estado atacando al propio estado): El Ministerio de Minas y Energía, La Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado y La Agencia Nacional de Minería. Además, se fueron en contra del municipio el Colegio de abogados de Minas y Petróleos, por supuesto la Ladrillera Santafé, la Asociación Colombiana de Minería y la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia ANDI. El agua y el medio ambiente de un pequeño municipio de 23 mil habitantes cercado y asediado por las grandes empresas públicas y privadas; David contra Goliat.

El pasado mes de enero el alcalde municipal convocó a las fuerzas vivas del municipio para conformar un comité de defensa ambiental. Allí acudieron empresas, organizaciones cívicas y comunitarias, concejales, líderes locales, ONG e incluso se contó con la presencia de los generales Jorge Enrique Mora Rangel, excomandante de las Fuerzas Militares, y Guillermo León León, excomandante de la fuerza aérea, residentes en el municipio y quienes por supuesto asumieron el compromiso de apoyar la defensa del agua y del medio ambiente.

El objetivo es mantener la convocatoria a la ciudadanía a una consulta popular y seguir insistiendo en que el agua de Cogua y de la región no se puede agotar a cambio de la ambición de unas empresas, que como lo reconoció la misma ladrillera Santafé en una audiencia pública realizada en el municipio no generarían mas de 20 empleos anuales; pero eso sí, causaría a largo plazo una catástrofe ambiental en el municipio y en la región.

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