Después de 30 años vuelve Cartagena+30

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MUNDO| PRENSA NRC|
La «Declaración de Cartagena de 1984» fue una gran expresión de solidaridad con la población desplazada de América Latina, debido a que muchos de los países Latinoamericanos estaban dejando atrás décadas de gobierno militar, guerra civil y violaciones a los derechos humanos.

La mayoría de estos Estados ya habían firmado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su protocolo facultativo de 1967, pero muchos consideraban que los instrumentos internacionales vigentes no eran suficientes para responder a las enormes necesidades de los desplazados.

La Declaración recomendó una ampliación de la definición del término «refugiado» para incluir a las personas amenazadas por la violencia generalizada, agresiones extranjeras, conflictos internos y violaciones a los derechos humanos.

VIEJA Y NUEVA VIOLENCIA

Activistas de Latino América han resaltado, por ejemplo, el número récord de personas en necesidad de protección en Colombia y han alertado de las nuevas fuerzas oscuras que generan desplazamientos forzados de personas en la región, tales como el crimen y la violencia organizada relacionada con el narcotráfico, los desastres naturales y grandes proyectos de construcción y desarrollo.

Con más de 6 millones de personas en situación de desplazamiento interno, después de muchos años de conflicto, Colombia tiene la segunda población desplazada más grande en el mundo, después de Siria. 350.000 colombianos se encuentran en necesidad de protección internacional por fuera de las fronteras del país.

Aplaudimos los esfuerzos del Gobierno colombiano para alcanzar un acuerdo de paz con las FARC, sin embargo debemos reconocer que hay grupos armados en Colombia que siguen suponiendo una seria amenaza contra la población civil.

Así mismo, las situaciones en algunas zonas del «Triángulo Norte» en Centroamérica son comparables con una zona de guerra, con altos índices de criminalidad y violencia organizada, abusos sexuales, secuestros, reclutamiento forzado y con limitaciones o restricciones a la libertad de movimiento.

Estas situaciones han obligado a que una gran parte de la población se desplace dentro de sus propios países. Otros buscan asilo o recurren a la migración irregular en otros países. Los desastres naturales también tienen un impacto: Un estudio en diez países de América Central y el Caribe estima que cada año podría haber hasta 300.000 desplazados como consecuencia de desastres naturales, sobre todo en Haití, México y Guatemala.

RESPUESTA COORDINADA

Es evidente que los gobiernos de varios países pueden y deben hacer más, tanto a nivel nacional como regional. Los países deben identificar las causas de los desplazamientos dentro de sus territorios y poner en práctica respuestas coordinadas con los países vecinos.

Cartagena+30 debe desarrollar soluciones comunes para la protección de los migrantes, los refugiados, los apátridas y los menores de edad no acompañados. A través de las numerosas consultas subregionales que ha co-organizado el Consejo Notruego para refugiados (NRC), las organizaciones locales han formulado recomendaciones para fortalecer la acción regional.

Ahora exhortamos a los distintos gobiernos a utilizar las propuestas y los recursos que existen en las organizaciones para establecer mecanismos nacionales y subregionales para el seguimiento de estos compromisos. Esto permitiría a Cartagena+30 redescubrir la solidaridad excepcional de la primera Declaración de Cartagena y responder a los retos actuales.

 

Nota: Conozca el Documento especial Cartagena +30  

 

 

 

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