En riesgo la seguridad alimentaria en el país por pérdida y desperdicio de alimentos

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Según la ONU un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdician, la cantidad es cercana a los 1.300 millones de toneladas al año todo el mundo.

Foto: Flickr

Nación | Tomado del IEU, por Daniela García| Seguridad Alimentaria |
 La producción y consumo responsable de alimentos son uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Por eso se busca reducir a  la mitad el desperdicio per cápita de alimentos en el mundo, buscando que el comercio minorista y consumidores creen cadenas de producción y suministro más eficientes, se calcula que cada año se pierden o desperdician aproximadamente 1.300 millones de toneladas de los alimentos producidos para consumo humano.

Colombia no es la excepción, según la Subdirección de Agua y Saneamiento del Departamento Nacional de Planeación (DNP) en su política para la gestión integral de residuos sólidos 2016-2030, la pérdida y desperdicio de alimentos equivale a 9.76 millones de toneladas al año, esto es un 34% del total, de los cuales el 61% se pierden en la producción y distribución.

Según el Departamento Nacional de Planeación, Colombia pierde anualmente el 22% de los alimentos y desperdicia el 12%.

Sin embargo, dichas estadísticas son solo un aproximado que no contempla la totalidad de las verdaderas pérdidas y desperdicios de alimentos que se generan en el país.

Al respecto, el profesor Oscar Alfredo Alfonso Roa expresó que «esta medición se realizó con base en la metodología sugerida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2011, no obstante con la Red de Expertos sobre Pérdida y Desperdicio de Alimentos (PDA) de América Latina y el Caribe, hemos formulado varias críticas de trascendencia.

«En el Observatorio Hambre Cero: Malnutrición, Pérdida y Desperdicio de Alimentos de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia, hemos puesto énfasis en la pérdida de áreas sembradas y no cosechadas que allí no se contabilizan».

Según el DNP, con los alimentos que se pierden y desperdician se puede alimentar a más de 8 millones de personas al año, esto es lo que equivalente a toda la población de Bogotá. «Si se recuperará ese alimento y se distribuyera entre los más desprovistos que hoy pueden llegar a los cinco millones de personas, tendríamos una nación muy bien alimentada en la que no habría defunciones por inanición», afirmó el experto.

 

Pérdida de alimentos

Algunos de los factores que influyen en la pérdida de alimentos se dan en la cosecha por la variabilidad del clima, especialmente la prolongación de días sin lluvia.

La proliferación de plagas, muchas de ellas se han tornado inmunes a los pesticidas químicos.

Las prácticas mercantiles de los distribuidores que llevan a oscilaciones abruptas en los precios que en sus niveles más bajos no permiten cubrir los costos, «tal como ocurrió a fin de año con el agricultor del Casanare que prefirió pasar su tractor por encima de 40 hectáreas de yuca antes que seguir perdiendo dinero.

Finalmente la inexperiencia de ciertos productores que entran en estos mercados de manera incauta, explicó el profesor Alfonso.

Así mismo, «los estándares exigidos por las grandes superficies son otra causa de las pérdidas en la esfera de la distribución, tanto o más penosa como el sobreabastecimiento en las centrales de abastos, entre otras», indicó.

Desperdicio de alimentos

De otro lado, inciden en el desperdicio de los alimentos las grandes superficies con exigentes estándares que hacen que agroalimentos con todas sus propiedades nutricionales intactas sean desechados y a esto se suman el sobre-aprovisionamiento de los consumidores, en su mayoría de ingresos medios y elevados, que sufren el síndrome de la despensa o de la nevera llena, y al final se pierde una porción considerable cuando aparecen los hongos.

Los alimentos se pierden o se desperdician a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares. (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)

Dicha situación tiene gran incidencia en el cambio climático, puesto que incrementa el transumo de la tierra y la energía producida no se convierte en trabajo. Según Climate News a nivel mundial, los desechos alimentarios contribuyen al 8% de los gases de efecto invernadero anualmente, aproximadamente la misma cantidad que las emisiones del transporte por carretera.

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, «las pérdidas de alimentos representan un desperdicio de los recursos e insumos utilizados en la producción, como tierra, agua y energía, incrementando inútilmente las emisiones de gases de efecto invernadero». Así mismo pone en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria del país y de los consumidores.

En síntesis, para el experto consultado, en el país debe ocurrir un cambio radical en el Sistema Alimentario y Nutricional, cualquier medida fuera de este será un paliativo de poca trascendencia. Así mismo, se requiere una regulación para las grandes superficies y una reeducación de los consumidores, no es suficiente con la sensibilización. «Empezamos muy tarde en relación con el resto de América Latina y el Caribe, aunque hemos avanzado bastante en los últimos tres años, aún no estamos preparados para resolver estos problemas» concluyó.

 
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