Desempleo juvenil, entre la falta de oferta laboral y el crecimiento de la informalidad

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La tasa de desempleo juvenil, que según datos del DANE fue de 18,7% en el primer semestre del 2018, refleja un panorama preocupante para la juventud colombiana.

Nación |Tomado de la Revista del IEU, por Paola Medellín | Empleo |
 Por un lado, hay una incapacidad de generar un modelo económico que impulse la oferta de nuevos empleos y, por el otro, un aumento de la informalidad ante la falta de oportunidades.

Sobre esto debatieron en el programa de radio Observatorio de Gobierno Urbano, César Giraldo, doctor en Economía y profesor asociado a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.); Camilo Rozo, coordinador del Grupo de Políticas Activas de Empleo del Ministerio de Trabajo y Carlos Patiño Villa, director del Instituto de Estudios Urbanos (IEU).
 
De acuerdo con el economista Rozo, es necesario que Colombia pase de una economía basada en el extractivismo a matrices productivas que sean mucho más intensivas en la generación de empleo y más lucrativas para los trabajadores. Al respecto, destacó los esfuerzos del gobierno nacional para generar un programa de transformación productiva que permita superar el extractivismo y de esta manera abrir nuevas plazas de trabajo en sectores que generen ofertas de mejor calidad.

Por su parte, el profesor Giraldo señaló que la experiencia como principal barrera que dicen tener los jóvenes para encontrar un empleo es solo una excusa, ya que la realidad es que en el país no hay ofertas de trabajo. A esto se suma, el fenómeno de los ‘nini’ (ni estudian, ni trabajan), una población de nuevas generaciones urbanas conformada por “jóvenes desmotivados”.

Informalidad

La informalidad sigue siendo un factor importante a la hora de analizar de manera cuantitativa el desempleo juvenil, pues la metodología actual toma a los empleados como todos aquellos que paguen seguridad social. Según el profesor Giraldo, al comparar la población activa en seguridad social frente a la población económicamente activa, la informalidad en Colombia es del 70%; a nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo estima que el 76,7 % de los jóvenes que trabajan lo hacen en empleos informales.

Frente a este contexto, el representante del Ministerio de Trabajo resaltó los incentivos que propone el gobierno para la formalización del empleo. “La informalidad es la puerta de entrada al joven porque no se le está brindando una mejor oportunidad y también la salida de un adulto mayor de 40 o 50 años que tampoco encuentra oportunidades”, manifestó Rozo.

Por esto, los esfuerzos se han enfocado en explicar por qué es importante vincularse al mercado laboral formal y no quedarse en actividades de ‘rebusque’. “A través de la Red Nacional de Formalización hemos intentado explicar que el ser formal le da acceso a la seguridad social, que garantiza, entre otras cosas, tener una vejez digna”, expresó el funcionario.

Al respecto, el doctor en Economía afirmó que el problema es que en Colombia el empleo no se está formalizando y una de las principales barreras tiene que ver con el fracaso de los proyectos de emprendimiento por necesidad, debido a que estas iniciativas para formalizarse deben pagar seguridad social, facturar, pagar IVA, tener licencia ante la Cámara de Comercio, entre otras, lo que lleva a la quiebra en el 97% de los casos porque el conjunto de la economía no está cumpliendo con esos requisitos.

“El país debe reflexionar sobre lo que se está proponiendo como emprendimiento y alternativas productivas sobre todo para los sectores populares urbanos, donde hay un fracaso en la política de emprendimiento y en la política de empleabilidad”, advirtió el académico. “Esto tiene que ver con adecuar la educación hacia aprender saberes que estén más orientados hacia el aparato productivo, lo que lleva a la formación por competencias”, agregó.

Sector educativo

Según datos del DANE, los jóvenes con estudios profesionales son a los que más tiempo les toma encontrar un empleo formal (31 semanas), seguidos de los técnicos (27 semanas) y los bachilleres (22 semanas), de ahí que se plantee una responsabilidad directa o indirecta por parte del sector académico.

En relación con este tema, vuelve a plantearse el problema de la experiencia como principal barrera de acceso al mercado laboral formal por parte de los jóvenes, más allá de un título académico. Camilo Rozo resaltó que el gobierno nacional ha intentado con el programa ‘Mi primer empleo’ incorporar a los jóvenes al mercado laboral, logrando una plaza para más de 53 mil jóvenes sin experiencia. Sin embargo, reconoce que esta iniciativa no ha sido suficiente para cubrir la magnitud de este fenómeno.

Por esto, señaló que el gobierno, los gremios y la academia tienen que repensar el país para establecer cómo encaminarlo hacia matrices más inclusivas y ambiental y socialmente más sostenibles, por un lado y, por el otro, como preparar a la población productiva para los empleos del futuro que requerirán de capacidades distintas a las actuales por el desarrollo de tecnologías como la robotización, inteligencia artificial o internet de las cosas.

“La forma de preparar el talento humano es la formación; es moverse hacia una formación por competencias, en respuesta a las necesidades del aparato productivo”, dijo Rozo. Esto implica generar puentes de comunicación entre la academia y el sector privado para entender los requerimientos del mercado laboral, en cuanto a capacidades y conocimiento por parte de los jóvenes.

Entre tanto, el profesor César Giraldo fue enfático en afirmar que la universidad no puede resolver el empleo de sus estudiantes, ya que este es un problema de país que tiene que ver con la estructura productiva y el mercado laboral. No obstante, reconoció que la academia sí debe hacer un esfuerzo por complementarse con los sectores público y privado.

Respecto a la formación por competencias, el doctor en Economía explicó que una es la formación para el trabajo y otra, la formación académica. “Es tan importante el SENA como la Universidad Nacional de Colombia porque están jugando dos roles diferentes para la sociedad. Recordemos que la educación también tiene que ver con la formación de sujetos críticos y la construcción de ciudadanía y de democracia”, finalizó.

 

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