Giselle, la mujer que está sacando adelante la vía Guaymaral
Giselle Yacamán Slebi se ha convertido en todo un personaje en Guaymaral, esto debido a que es una mujer de decisiones y acciones que se propuso hace seis meses darle solución a la escandalosa accidentalidad que se vivía en la vía, debido a su mal estado y lo está logrando.
En esto lleva seis meses: Uno estableciendo contactos y gestionando, dos recuperando vallados, limpiándolos, poniéndolos a funcionar, podado arboles y desmontado las orillas de la carretera y, tres meses más, arreglando la vía, levantado la capa asfáltica y pavimentando los segmentos más críticos de la carretera, haciendo las cosas con todas las de la ley con los materiales que le llegan.
Giselle Yacamán Slebi
Aunque según sus cálculos ha recibido unos 300 millones de pesos en materiales, aun le faltan 14 mil litros de emulsión CRL1 puestos en la vía en carro tanque irrigador y coordinando el momento de irlos colocando en el día a día de trabajo para rociar la carretera, por lo que está buscando a los usuarios que viven en Chía, para invitarlos a que se sumen con lo que quieran o puedan, ya que la idea es habilitar la vía para el uso de todos.
Historias de una vía
Para los usuarios de la vía Guaymaral en especial los de Chía, siempre ha sido una incógnita contar con esta carretera que, si bien por ley debe existir como una alternativa para llegar a casa sin pagar peaje, se mantiene en permanente estado de deterioro.
Pero la realidad de que esta avenida hace parte de un territorio del cual no se sabe mucho. Pues bien, desde la entrada a Guaymaral por Bima hasta el puente sobre el rio Bogotá, es territorio del distrito capital y pertenece jurídicamente a Suba, la localidad No. 11 de Bogotá, dicho de otra manera, el sector de Guaymaral es la frontera norte de Suba con Chía.
La localidad de Suba por su parte se divide en 12 Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ), zonas más pequeñas que la localidad y más grandes que un barrio y Guaymaral no solo es una de ellas sino que es además una de las UPZ más lejanas y abandonadas por la alcaldía de Suba, porque a pesar de estar casi dos décadas adentro del siglo XXI y ordenarlo la constitución, esta UPZ no cuenta con servicios de acueducto, alcantarillado, de salud, ni atención vial, entre otras grandes necesidades que tiene la zona.
Cuando las ciudades crecen sin planeación
Sin embargo, el sector ha ido creciendo y se ha urbanizado gracias a la venia de la alcaldía, que a lo largo de los años ha permitido el aumento poblacional y urbano sin planeación y sin entregar a cambio ningún tipo de infraestructura básica. La razón, entre otras, es que la comunidad asentada en esta zona, a pesar de ser heterogénea, predomina en ella una clase social de alto poder adquisitivo, que ha ido solucionando de su bolsillo los problemas que se le presentan, sin hacerle al gobierno local mayores exigencias.
Adicionalmente el desarrollo de este sector se fue dando por la venta y compra de predios y parcelas de las grandes fincas que dominaban la sabana y que con el tiempo se fueron convirtiendo en conjuntos y parcelaciones cerradas. Esa compra fortuita de predios produjo un desarrollo en torno al único camino que se abrió como servidumbre para todos los propietarios y así ha permanecido por décadas, hasta hoy en día, cuando Guaymaral creció más no su infraestructura, ni sus vías.
Por eso Giselle, explica que efectivamente los cinco kilómetros lineales que comprende esta vía son privados y funciona como una servidumbre. Porque los predios de la carretera a la fecha no se han desenglobado y aunque la comunidad le ha solicitado al IDU en varias oportunidades expropiar los terrenos correspondientes a la carretera, lo que quiere la entidad es que cada propietario haga su tramite ante el Igac y le entreguen al IDU cada predio.
Como todo este tramite es un poco injusto, frente a todo lo que ha tenido que soportar esta comunidad y a la que el gobierno distrital le ha dado tan poco, y fuera de eso el proceso también es largo, engorroso y costoso para sus propietarios, Giselle se puso las botas y se convirtió en la gestora de la idea de arreglar la vía, en la desarrolladora de misma, y en la directora de obra, ya que se la pasa en la calle pendiente de cada detalle, dándole solución a los problemas que surgen y, sobre todo y sin ningún reparo, buscando los recursos para terminarla.
“En este momento, insiste Giselle me faltan -14 mil litros de emulsión CRL1 -, los cuales necesito en carro tanque irrigador para coordinar el momento de colocando día a día, pues está faltando el trayecto del CAI hasta el puente de entrada a Chía, por lo que sería muy importante que nuestros vecinos del municipio se nos unieran. No recibo dinero solo materiales y este en particular no es muy caro, ya que según he averiguado los 14 mil litros estarían por el orden de los 12 millones de pesos, porque sale a $750 litro, más el carro irrigador, pero estoy segura de que se puede conseguir más económico”.
Si una persona quiere o un grupo se pueden unir para aportar esto, seria fantástico. Ya que todo este emprendimiento es el resultado de la buena voluntad de muchas personas de Guaymaral y sería muy importante que la gente de Chía se sumara, para que los usuarios más frecuentes de la avenida nos apropiemos de ella, la cuidemos y la disfrutemos. Para ello me pueden contactar en el 311 2639829.