Decodificando derecha-izquierda de una vez por todas

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«Derecha o izquierda no son en sí mismas tendencias ideológicas nocivas; solo lo son, cuando dejan de ser contrapoder la una para la otra».

Por William Álvarez Gaviria | Otorrinolaringólogo |Columnista | Opinión |
Retomado de la Carta Magna del pueblo inglés y del Pacto de Mayflower estadounidense, el ideario republicano de libertad e igualdad empezó a afianzarse con el juicio a la monarquía al inicio de la revolución francesa. En la Convención Nacional de 1792 los Jacobinos, integrados por ilustrados burgueses en representación de las clases populares que constituían el fundamento de su ideología, estaban situados a la izquierda del Parlamento en franca oposición a los Girondinos, integrados por nobles y burgueses de clase alta en representación del status quo y opuestos a la condena de Luis XVI.  

Desde entonces, el conocimiento y la razón basados en verdades naturales empezaron de hecho a afianzarse en franca oposición a la dignidad imperial por derecho divino y al dogma y la supercheria basadas en que el efecto se parece a su causa. Empezó ahí, por tanto, a configurarse con claridad no solo el republicanismo, sino a equilibrarse la polaridad conservadurismoprogresismo o derecha-izquierda en la mentalidad humana. Lo que no era para menos, ya que dicho equilibrio no es más que el reflejo de una de las características más relevantes del mundo natural. Recordemos que en física se corresponde con la primera ley de la termodinámica, que aplica el principio de que la materia-energía, aunque se transforma, se conserva. 

Y en biología se corresponde, entre otras, con:

1. Instinto de conservación-instinto de transformación: pilares en los que opera el origen de las especies y su desarrollo y evolución.

2. Anabolismo-catabolismo: pilares del metabolismo, donde el primero es síntesis molecular y conservación; y el segundo es transformación.

3. Formación-degradación:  dialéctica de la unidad mínima de vida, donde el primero es reposo y conservación; y el segundo es activación.

4. Ciclo sueño-vigilia: ritmo circadiano, donde el sueño conserva y restaura energías, y la vigilia propicia el gasto de dichas energías.

5. Parasimpático-simpático: sistema nervioso autónomo, donde el uno repara y conserva; y el otro lucha por la existencia.

6. Dualidad de la oxitocina: hormona del amor y del odio (o filia por el propio grupo vs fobia por el diferente).

7. Presa=depredador=presa: ecuación que  define que al final de cuentas todos los organismos somos o seremos presa de aquellos que rigen la creación: los microbios.

Existe, por lo tanto, un lado conservador y otro progresista en la estructura profunda de la naturaleza. De ahí que no sorprenda, que dicha estructura haya sido la invocada en aquella Convención Nacional francesa, donde Jacobinos a la izquierda y Girondinos a la derecha se ubicaron frente a frente. Solo que, como ocurre a menudo en el mundo natural, en aquel entonces el fiel de la balanza se desbordo hacia el otro lado, pues, si bien los Jacobinos resultaron siendo los autenticos fundadores de la República francesa, se les fue la mano dictaminando una obtusa sentencia de real decapitación (tanto por lo de facto como por alusión al rey y la reina), en vez de una simbólica, pero más efectiva y civilizada, decapitación de una anacrónica mentalidad dogmática y superticiosa. Y lo que sigue siendo más que lamentable: aún en ciertos paises persiste el desequilibrio derecha-izquierda, donde regímenes feudal-conservadores y dictaduras socialistas distorsionadas hacen de la mayoría de sus ciudadanos los más miserables del orbe.

Pero por fortuna, y luego de un sinnúmero de ensayos y errores, en la gran mayoría de países se está entendiendo que izquierda y derecha no son más que ideologías relativas a una emocional adherencia o pertenencia a un grupo (legado de nuestra tribal mente paleolítica). Gracias a una mayor participación ciudadana conocedora de que la verdad es bien esquiva e impulsada por el lema «atrévete a saber» de la Ilustración y el de «conócete a ti mismo» del templo de Apolo, se está dando una sana paridad y/o alternancia en las gobernazas, una oscilación cuasi-armoniosa entre esas dos intuitivas y atávicas maneras de entender, moverse y darle sentido al mundo.

A tal punto que, tanto en los valores de trabajo, mérito, libertad y justicia, como en las preferencias personales, la transversalidad y los matices de ambas ideologías cruza por la mente de cada uno de los ciudadanos. Lo que tampoco es de extrañar, ya que la unión de mentes (civilización y cultura) desde la revolución francesa se ha ido decantando, cada vez más y en unos países más que en otros, por la regularización de tales ideologías mediante un sistema organizacional de pesos y contrapesos. Lo que ha devenido en un sano equilibrio de poderes, donde la paridad y/o la alternancia periódica en la gobernanza, a hecho que el fiel de la balanza oscile lo más centrado posible entre derecha e izquierda, entre conservadurismo y progresismo. 

Se va entendiendo, que derecha o izquierda no son en sí mismas tendencias ideológicas nocivas; solo lo son cuando pierden su equilibrio, cuando dejan de ser contrapoder la una para la otra. De ahí que debamos tener siempre en cuenta cada una de las caracteristicas que las define:

–Conservadurismo: Mentalidad que se alinea con la preservación del statu quo o “estado de cosas”, vale decir, tradiciones, familia, moral, religión, etc. Favorece la preservación de las estructuras vigentes, incluso la jerarquización social, cuando no el regreso a estructuras anteriores, que se perciben bajo riesgo de pérdida frente a las tendencias progresistas de cambio, también llamadas liberales.

–Progresismo: Mentalidad que favorece la innovación y expansión individual y social. Favorece la no preservación del statu quo, que se percibe como riesgo de pérdida de la movilidad, movilidad social y libertad -no libertinaje- de mercado y de credos o tendencias.

Y  ello no solo para dejar de adherir irracionalmente a un bando tribal (de bandwo: bandera, signo), sino para que cada uno de todos los ciudadanos seamos en lo posible custodios de la regulación de tal equilibrio, que no solo ha de redundar en la homeóstasis social humana, sino en la de la naturaleza, que es por lo que principal y permanentemente toda la bioesfera lucha para resistir convertirse en materia inanimada (eludiendo en lo posible la segunda ley de la termodinámica o entropía que hace que todo sistema se disuelva en el entorno). 

  • Foto de portada: El próximo 15 de junio se cumplirán 806 años de la Carta Magna, la constitución del Reino Unido. imagen tomada del portal, lainformacion.com

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