Las veedurías de Chía exigen la socialización de la ampliación de la Carrera Séptima

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El activo grupo de ambientalistas de la región, Voces del Río, pintó los pasos de los corredores biológicos, para evitar el atropellamiento, de los mamíferos autóctonos de los cerros. 

Chía |Redacción EPDC |Veedurías |
 Cansados de la demora e inercia de las autoridades municipales de Chía y de las ambientales de orden nacional, por no proteger de manera adecuada la fauna y flora del municipio y la sabana, el activo grupo de ambientalistas de la región, Voces del Río, tomó cartas en el asunto este domingo 27 de junio, en horas de la mañana, y pintó los pasos de los corredores biológicos, por donde usualmente van y vienen los animales nativos de los cerros orientales en los recorridos desde sus montañas, al río Bogotá y los humedales de la sabana.

Con las pinturas, realizadas sobre la carrera séptima, los ambientalistas tratan de llamar la atención de los conductores, para evitar el atropellamiento, cada vez mayor, de los mamíferos autóctonos de los cerros que nos circundan, como el tigre gallinero, los zorros, la Zarigüeya orejiblanca, el cusumbo mocoso, la mirla patinaranja y otros animales silvestres, la mayoría anonimos para gran parte de la población de la sabana, que tienen su habitat en las 33 hectáreas de bosque húmedo que le quedan a Chia.

El Tigre gallinero de lo cerros orientales de Chía. Foto, Semana

La mayoría, por no decir que todas estas especies, ya se encuentran en peligro de extinción. Pero ¿Que irá a pasar con ellas?, preguntan los veedores del Rio Bogotá de Chía, cuándo la carrera séptima quede acordonada por los muros de contención que traerá el tren de cercanías y que impedirá de manera definitiva la circulación de la fauna nativa.

“¿Qué se conoce o que se ha dicho de este y otros tantos impactos que traerá el desarrollo vial, no solamente por la ampliación de la séptima, sino también por el RegioTram, del que ya se comienza a oír el sonido de los raíles”?. Preguntan también los veedores.

La verdad es que como dicen varios de estos auditores de lo público, el gobierno municipal no dice nada frente a estos temas, por lo tanto no pasa nada. “Lo que si hacen es pasar de agache para que se haga la voluntad de quienes abusan y asaltan las tierras del municipio”. Y es contra esa inercia es que vienen batallando las cada vez más numerosas veedurías de Chía y muchos colectivos ciudadanos que buscan la protección del medio ambiente. Son ellos, en nombre de toda una ciudadanía, quienes están pidiendo a gritos que el desarrollo sea consensuado con las comunidades y se haga con el respeto y cuidado que el medio ambiente de la sabana exige especialmente en estos tiempos de emergencia, ante el cambio climático, y tal y como lo ordena la Ley.

Ya, por ejemplo, arrancó a espaldas de la comunidad de Chía, la unidad funcional dos o ampliación de la carrera séptima, sin una sola socialización a los habitantes del municipio. Según los veedores, Accenorte estima que reunirse con los dos presidentes de la acción comunal de la vereda Fusca, dos secretarios de la administración municipal y tres residentes del sector por donde se ampliará la vía, grabarlos y hacerles firmar una planilla, cumplieron con su deber de socializar.

Pero si bien las socializaciones no se hacen así, “la realidad es que así lo hacen y lo seguirán haciendo porque que aquí no hay autoridad ni líder que exija la socialización que la comunidad demanda por ley”, afirman los veedores. 

Y explican. “Aunque parezca increíble es como si las normas y leyes no existieran o peor aun, como si existieran pero no importara porque nadie las hace cumplir”. En este sentido  lo que la comunidad está pidiendo es conocer los detalles significativos del proyecto, de la unidad funcional 2 de Accenorte, o sea la ampliación de la carrera séptima. Saber sobre qué predios se va a llevar a cabo la ampliación, cómo se pagarán esas tierras, cómo va a hacer el manejo ambiental, si existe ya una licencia ambiental y si dicha licencia se dio con un inventario actualizado y veraz de los cuerpos de agua y especie nativas de flora y fauna que hay que proteger (no sea que se repita la historia del humedal de Los Andes), y si esta ha tenido en cuenta todas las variables también históricas y patrimoniales. ¿Dónde y cuántos puentes peatonales tendrá la vía, tanto en Chía como en Bogotá? 

Que nos recuerden cuáles van a hacer las características formales de la vía: bermas, andenes, ciclorrutas, paraderos, bahías e iluminación, entre otras. Que nos digan la relación y los espacios públicos que tendrá, compartirá y de que manera, la ampliación de Accenorte con el espacio vial que tendrá el tren de cercanías y, sobre todo, lo que se quiere saber es cómo se tratará a la población de Torca y Fusca que vive antes del peaje y desde hace 30 años han sido tratados como desplazados en su propia tierra porque para ir a cualquier parte de su ciudad tienen que pagar sin compasión una tarifa plena de peaje. Una “anomalía” jurídica, política y administrativa que nadie entiende y que a la fecha no tiene solución.


En este sentido, puntualizan los veedores, ya hemos aprendido de las situaciones que hemos tenido que afrontar, como la paralización de la costosa obra de la unidad funcional tres, o construcción de la carretera de los Andes, que hoy naufraga en un mar de conflictos jurídicos, consecuencia de varios engaños, inadecuadas gestiones y forcejeos de ambiciones desmedidas y lucha de poderes, situación que nos ha dejado un costoso y emproblemado elefante blanco llamado carretera de Los Andes, aun sin terminar y también sin resolver.

En consecuencia y para que no se repitan estas nefastas situaciones, los veedores, en representación de la ciudadania en general, solicitan, piden y exigen al gobierno municipal, a Accenorte, a la ANI, a la ANLA, a la CAR y a los ministerios del Transporte y Medio Ambiente, la urgente socialización de la unidad funcial dos, con la presencia masiva de la comunidad y dirigentes de todas las instituciones actoras que intervienen en este proyecto, así como de la ciudadania y la Personeria Municipal.

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