Proyecto del gobierno departamental «Así sería Cundinamarca en 2032»

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foto puerto salgarUn puerto de carga en Puerto Salgar es uno de los proyectos a largo plazo. / Archivo – El Espectador

Cundinamarca| Tomado de El Espectador, por Susana Noguera Montoya| La Región desde los Medios|
“Una Cundinamarca innovadora, competitiva, fiable para la inversión, garante de condiciones y con oportunidades para el desarrollo integral del ser humano”. Esta es una frase que la Gobernación del departamento no para de repetir. Suena bien, pero ¿qué significa realmente? Se trata de la visión que se fijó la administración a largo plazo, como parte de su proyecto Cundinamarca 2032.

Para lograr el objetivo, la Gobernación desarrolla una serie de talleres con la Organización de Naciones Unidas para América Latina. “El resultado de estos encuentros debe estar encaminado a lograr un territorio competitivo, articulado con una visión integral de la economía y el ambiente”, dijo Álvaro Cruz, gobernador del departamento.

En estas reuniones se trabaja sobre cuatro grandes temas: la competitividad, que se quiere lograr por medio de la navegabilidad del río Magdalena, con un puerto de carga en Puerto Salgar; mejorar la tecnología, con el fin de fabricar productos con valor agregado para la exportación; la innovación, para lo que se están adquiriendo patentes e investigando en busca de nuevos usos del suelo y de proteger las fuentes hídricas y los suelos cultivables, y, finalmente, confianza para la inversión y un desarrollo social sostenible, para lo cual se están empoderando las juntas comunales y brindando oportunidades de empleo en el sector agro, por medio de microempresas. Los convenios realizados con el Sena, Uniminuto y la Universidad Nacional Abierta a Distancia (UNAD) también apoyan el desarrollo de los municipios de Cundinamarca.

El proyecto es, según Cruz, un plan de desarrollo desconcentrado que tiene como núcleo Bogotá. En el anillo interno se encuentran municipios como Fusagasugá, Chía y La Calera, y en el anillo externo Tunja (Boyacá), Ibagué (Tolima), Girardot y Puerto Salgar (Cundinamarca). Todos estos gobiernos municipales aunarían esfuerzos en temas como movilidad, uso del suelo, políticas microeconómicas y educativas para tener una meta de desarrollo común que todos los municipios tendrían que cumplir.

Según Andrés Romero, secretario departamental de Planeación, la meta es que a 2032 Cundinamarca sea un departamento multicéntrico, es decir, que no dependa económica, social y políticamente de Bogotá. Aunque la descentralización es un tema que ha estado en la mira del Gobierno Nacional desde 1988, cuando se aprobó la elección de alcaldes, el país no parece haber terminado ese proceso.

“El Gobierno debe proveer los recursos para evitar que los índices de población en los pueblos sean negativos. La gente se está yendo hacia las ciudades a buscar oportunidades de empleo y esto lo único que causa es una mayor centralización”, agregó Romero.

Ahora bien, aunque la idea es que los municipios sean menos dependientes de Bogotá, las administraciones tendrían que seguir ciertos lineamientos generales para la región, por ejemplo, en relación con el uso del suelo. “Hoy cada municipio tiene sus directrices y orientaciones para el ordenamiento territorial (DOT). El problema es que estos planes a veces chocan y, mientras una población destina un territorio para una reserva ecológica, la del lado lo hace para una carretera. La meta es acabar con estos choques”, dijo el secretario.

Retos

A pesar de que se avanza en este proyecto, aún hay tres retos por superar: cómo y quién definiría los lineamientos para que la visión a futuro sea una realidad, cómo garantizar su sostenibilidad a través de las próximas administraciones y cómo garantizar su financiación a través de un departamento más productivo. En cuanto al primer punto, Óscar Pardo, ingeniero civil de la Universidad de los Andes, dijo que, según su experiencia gestionando G11 (región que agrupa a Cali, Jamundí, Buenaventura, Palmira, La Cumbre, Yumbo, Dagua, Florida, Pradera y Vijes), a la hora de definir reglas, entre más participación tengan los municipios, más confianza generará el nuevo plan territorial y más práctico será.

En cuanto a la sostenibilidad política del proyecto, Andrés Romero, secretario departamental de Planeación, señaló que se debe resolver el vacío legal frente a la vigencia de este tipo de planes a largo plazo. “La norma no estipula cuánto tiempo estarían vigentes políticas de este tipo. Uno podría deducir que sería un plazo parecido al del Plan de Ordenamiento Territorial, es decir, doce años”.

Y frente a la financiación, el ingeniero Pardo aclara que es imperativo aumentar la productividad, algo en lo que tendrá que mejorar Cundinamarca si quiere que su visión del departamento a 2032 tenga éxito. El gobernador Cruz se muestra optimista ante las perspectivas para el futuro. “Este es un proyecto que empezamos desde nuestra administración anterior, pero no tiene una fecha de cierre. A medida que los talleres y los estudios se vayan haciendo, se irán implementando”, concluye.

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