Colombia estrena metodología para medir el desarrollo de sus municipios

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Con nuevos indicadores, el DNP y la academia intentan medir mejor el desarrollo de los municipios del país. El Retiro (Antioquia) y Nobsa (Boyacá) entre los destacados. Guía para los nuevos alcaldes.

Nación|Tomado de Dinero|Economía|
Aunque existe consenso sobre la necesidad de cambiar la forma como se clasifica a los 1.102 municipios del país –los cuales están agrupados en siete categorías, de acuerdo al tamaño de su población y sus ingresos–, en lo que no hay acuerdo es en la forma en que debe hacerse.

En el Departamento Nacional de Planeación (DNP) estrenaron este año una nueva metodología de medición en la que no se agrupan los municipios en categorías, sino en sus niveles de desarrollo (incipiente, intermedio y robusto), con lo que se busca enfocar mejor las políticas estatales, pues un municipio puede estar bien en temas como pobreza y seguridad, pero está alejado de los centros urbanos o tiene debilidades institucionales.

Para establecer el nivel de desarrollo de los municipios (de los cuales se excluyó a Bogotá, dado que por su tamaño e importancia se equipara con los departamentos) se usaron seis variables: funcionalidad urbana, dinámica económica, calidad de vida, situación ambiental, nivel de seguridad y solidez institucional. La mala noticia es que solo 68 municipios clasificaron en la primera categoría (ver recuadro página siguiente), pero la buena es que se espera que con una mejor radiografía el gobierno central podrá decidir hacia dónde dirigir la plata y los gobiernos locales podrán establecer cuáles deben ser sus proyectos prioritarios.

Otra visión tiene Óscar Alfonso Roa, Ph.D. en planeamiento urbano y regional e investigador del Observatorio de la Coyuntura Metropolitana y Municipal de la Facultad de Economía de la Universidad Externado. Él considera que todas las mediciones y clasificaciones que se hagan sobre los municipios tienen un alto margen de error, debido a que se basan en cifras de población que están desactualizadas.

El último censo se realizó en 2005 y todos los cálculos que se hacen ahora se basan en proyecciones que pueden estar descachadas. “En el Plan de Desarrollo, por ejemplo, se presume que 32% de la población es rural, pero ese dato tiene que haber cambiado mucho y yo creo que está por debajo de 20%, debido a la tendencia hacia la urbanización”, explica.

Por este motivo, Alfonso y su grupo de trabajo crearon un índice alternativo de desarrollo municipal que utiliza variables que se actualizan anualmente y que además incluye medidas que pueden ayudar a la construcción de paz, tras el posconflicto.

El índice alternativo tiene en cuenta temas como la dotación per cápita de alimentos y el rendimiento del área cosechada de alimentos prioritarios, teniendo como medida qué tanto produce el municipio y qué tanto debe traer de otros lugares. También incluye la tasa de homicidios y la distancia en ruta hacia los centros urbanos más importantes. Si la vía no es recta, sino llena de curvas, le resta puntos al municipio, pues esto aumenta la accidentalidad. Igualmente se incluye el Gini rural (que mide la desigualdad), el recaudo predial per cápita, la inversión per cápita de los gobiernos municipales y medidas que Alfonso considera claves para mejorar el desarrollo del país: la abstención electoral activa (la de aquellos que sí van a las urnas, pero invalidan su voto) y los resultados de las pruebas de estado en filosofía y ciencias sociales.

“Generalmente se les da más relevancia a los resultados de matemáticas e inglés, pero no se cae en cuenta que la formación en filosofía y en ciencias sociales es fundamental para promover los valores éticos y la cohesión social”, aclara el académico.

Los resultados

Si se cruzan los 68 municipios que tienen desarrollo robusto, según el Dane, y los 10 que tienen el mejor índice de desarrollo alternativo, se destacan Medellín –que no es sorpresa–, El Retiro, Sabaneta y Rionegro en Antioquia; la Calera, Cota y Tenjo –en Cundinamarca– y Nobsa en Boyacá.

Casi todos forman parte de áreas metropolitanas, lo que les facilita su desarrollo. La excepción son El Retiro y Nobsa. El primero, pese a estar a 32 kilómetros de la capital, no forma parte del área metropolitana del Valle de Aburrá. Su gran ventaja es que está a 20 kilómetros del aeropuerto José María Córdova, a 20 minutos de Eafit y a 25 de la Universidad de Antioquia.

“Tenemos una ubicación geográfica privilegiada y eso nos ha servido para que personas del oriente antioqueño y de Medellín se quieran venir a vivir acá”, explica Elkin Villada, alcalde de El Retiro.

Esa migración ha servido para que se construyan condominios en el corredor de las Palmas, que es la vía para ir a la capital antioqueña, lo que a su vez ha servido para aumentar la tributación.

En la zona rural de El Retiro se produce café, mora y aguacate y el municipio tiene una baja tasa de homicidios. Su lunar está en que la carretera que lo comunica con Medellín tiene muchas curvas y no está bien iluminada.

El caso de Nobsa también es de destacar pues es un municipio que en repetidas ocasiones ha sido distinguido por su buen desempeño fiscal.

El investigador Alfonso tiene en el rango alto de su índice dos municipios que no son clasificados por el DNP en el grupo de desarrollo robusto. Se trata de Ricaurte, Cundinamarca y Villa de Leyva, Boyacá. Él los categoriza como postmetropolitanos, pues pese a no estar cerca de Bogotá se han beneficiado de una migración de capitalinos, que no solo van de paseo los fines de semana, sino que van a comprar allí vivienda, impulsando los precios de la finca raíz local.

Prueba de ello es que en Villa de Leyva, Ruagroup, grupo hermano de la Ladrillera Santafé, está construyendo un condominio de casas con precios entre los $1.900 millones y los $2.500 millones.

Así mismo Tunja, que tampoco clasificó como municipio de desarrollo robusto, se ha beneficiado de su proximidad a Bogotá y ahora sus habitantes se quejan de una burbuja inmobiliaria.

Más allá de la metodología que se escoja, lo importante es que cada vez se haga una mejor medición de los municipios y que los alcaldes que se posesionarán en enero usen los trabajos que hacen expertos como los del DNP y Alfonso, para realmente llevar el progreso a sus regiones.

LOS DE MOSTRAR

Estos son los 68 municipios más desarrollados del país según la medida del DNP: Antioquia: San Carlos, San Pedro, Guarne, Guatapé, Girardota, La Ceja, El Retiro, Medellín, Bello, Copacabana, Caldas, Rionegro, La Estrella, Itagüí, Sabaneta y Envigado. Atlántico: Soledad, Puerto Colombia y Barranquilla. Bolívar: Cartagena. Boyacá: Tibasosa, Paipa, Nobsa, Sogamoso y Duitama. Caldas: Villamaría y Manizales. Casanare: Tauramena y Yopal. Cauca: Popayán. Cundinamarca: Nilo, Sibaté, La Calera, Soacha, Cogua, El Rosal, Gachancipá, Girardot, Tenjo, Tocancipá, Zipaquirá, Cota, Sopó, Cajicá, Funza, Mosquera, Facatativá, Madrid y Chía. Huila: Neiva. Magdalena: Santa Marta. Meta: Castilla la Nueva, Acacías y Villavicencio. Nariño: Pasto. Quindío: Calarcá y Armenia.

Risaralda: Pereira y Dosquebradas. Santander: Barrancabermeja, Piedecuesta, San Gil, Bucaramanga y Floridablanca. Tolima: Ibagué. Valle del Cauca: Yumbo, Tuluá y Cali.

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