Perú: Histórico paso contra violencia hacia las mujeres
Bajo la consigna “Ni una menos”, cien mil manifestantes marcharon el pasado 13 de agosto por las calles de Lima y otras ciudades del Perú, como forma de rechazo a las sentencias judiciales benignas contra agresores en casos de feminicidio
La manifestación en Lima el sábado 13 agosto, a la que acompañaron protestas en una decena de otras ciudades del país, surgió como rechazo a sentencias judiciales que han escandalizado por ser muy benignas con los agresores en casos de feminicidios, maltrato de varones contra sus parejas o exparejas y agresiones sexuales.
El caso de Arlet desató la protesta
El caso que detonó la protesta fue el de Arlette Contreras, golpeada brutalmente en julio de 2015 por su entonces pareja en un hotel de la sureña ciudad de Ayacucho, Adriano Pozo, en una agresión registrada por las cámaras del hotel.
Pese a ello, a Pozo, hijo de una autoridad política de la zona, se le sentenció a solo un año de prisión suspendida, por los cargos de feminicidio en grado de tentativa y violación, por los atenuantes de estar ebrio y actuar por celos. Un tribunal superior ratificó el fallo el mes pasado, en lo que el fiscal del caso calificó como “indignante”.
Las mujeres piden justicia
“Queremos justicia, queremos que esos hombres agresores, esos hombres violadores y asesinos vayan a la cárcel. Queremos que el Estado nos dé seguridad a nosotras, las víctimas”, comentó Contreras a IPS durante la marcha, cuyo recorrido encabezaron víctimas y familiares y que terminó ante el Palacio de Justicia.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud y otros organismos indican que Perú es el segundo país de América Latina en asesinatos de mujeres por razón de género, además del tercero del mundo en violaciones, con la particularidad de que 42 por ciento de esas agresiones son en sus hogares y 90 por ciento de las denuncias quedan impunes.
“Basta ya”, “Fuera violadores”, “Poder Judicial, vergüenza nacional”, “Tocan a una, tocan a todas”, fueron algunas de las consignas más coreadas durante la marcha, en que participaron unas 100.000 personas según los organizadores de una protesta surgida desde las redes sociales y sin banderas partidistas, aunque el presidente Pedro Pablo Kuczynski y miembros de su gobierno concurrieron a la movilización.
Entre los participantes hubo familias completas, incluidos padres, niñas y niños, y sobresalieron los de parientes de víctimas de feminicidios, que portaban carteles con las fotos de las mujeres muertas o la de los agresores con sus nombres.
“A mi hija la mató un hombre pero solo le dieron seis meses (de prisión) preventiva”, denunció Isabel Laines, quien llevaba un cártel con la imagen de su hija, y contó a IPS que viajó más de cuatro horas en bus desde el sureño departamento de Ica, para unirse a la movilización en Lima.
Fiscalia peruana archiva casos contra Fujimori
En la marcha también estuvieron presentes familiares y víctimas de esterilizaciones forzadas del gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) en la década de los 90. Una comisión investigadora del parlamento calculó en 2002 que más de 346.000 mujeres fueron esterilizadas entre 1993 y 2000 contra su voluntad.
Las cifras también indican que todos los días se cometen 16 violaciones en el país.
El presidente Pedro Pablo Kuczynski durante su participación en parte del recorrido de la marcha contra la violencia hacia las mujeres en Perú, donde solo en el primer semestre de2016 hubo 54 feminicidios y 118 intentos frustrados en el país.
Esas mismas estadísticas indican que entre 2009y 2015 fueron muertas 795 mujeres por razones de género, 60 por ciento de ellas de entre 18 y 34años.
El fenómeno se da en una sociedad hasta ahora permisiva con la violencia de género, según denuncian organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y muestran las encuestas.
Perú no es seguro para las mujeres
Un sondeo realizado por la encuestadora Ipsos en Lima antes de la marcha, mostró que 41 por ciento de las mujeres entrevistadas cree que Perú es “nada seguro” para ellas y 74 por ciento considera que vive en una sociedad machista.
En tanto, 53 por ciento de todos los entrevistados cree, por ejemplo, que si una mujer se pone minifalda, es culpable de que se la acose en los espacios públicos, y 76 por ciento disculpa que la mujer sea golpeada por el hombre si descubre una infidelidad.
Desde el comienzo del gobierno de Pablo Kuczynski, el 28 de julio, el tema ha entrado en la agenda pública y diferentes actores políticos ya se pronunciaron por reforzar mecanismos como la capacitación de los operadores policiales y judiciales, para que apliquen mejor las normas encaso de maltrato contra las mujeres.
“El problema de la violencia de género es que el silencio absorbe los golpes y no es fácil de denunciar”, afirmó el presidente antes de participar en la marcha, al igual que hicieron varios ministros, legisladores y otras autoridades.
Iguíñiz subrayó que la marcha representa el comienzo de una nueva manera de afrontar el fenómeno de la violencia contra las mujeres en el país y que se mantendrá la movilización ciudadana con más encuentros y actividades.
“Hay muchas personas, miles organizando. Aquí estamos un pequeño grupo que planteamos algunas coordenadas básicas pero finalmente hay un montón de grupos que están trabajando en cultura, en sus barrios, en miles de acciones que se están tomando a nivel nacional: distritos, colegios profesionales, asociaciones diversas”, afirmó.
Un movimiento que se extiende por América Latina
A su juicio, la convocatoria “ha calado tanto por su amplitud”.
Bajo el movimiento Ni Una Menos ya ha habido anteriores movilizaciones contra la violencia machista en otros países latinoamericanos, como Argentina, donde también hubo otra manifestación multitudinaria en la capital, en junio de 2015.
“Estamos en coordinación con los colectivos en otros países. Vamos a hacer una plataforma para peticiones pero la estamos planeando hacerla a nivel regional, a nivel de todos los países de Latinoamérica”, afirmó Iguíñiz.
El grupo privado “Ni Una Menos: movilización ya”, en la red de Facebook que desde julio impulsó la convocatoria, tiene ya 60.000 miembros, y fue el espacio desde el que se coordinó la marcha, a cuya tarea se sumaron después medios convencionales y organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Además, centenares de mujeres que han sido víctimas de maltrato, agresión sexual o acoso laboral, comenzaron a dejar su testimonio en el espacio digital, en un proceso que va a continuar.
La marcha se extendió también por una decena de ciudades como Cusco, Arequipa, Libertad. Además, peruanos residentes en el exterior apoyaron la movilización con actividades en ciudades como Barcelona (España), Ginebra, Londres, Madrid o Washington, entre otras.(*) Con aportes de Alicia Tovar y Jaime Vargas.