Dos Caminos

2255
0
Compartir:

Conde 1111

Chía | Por Alberto Conde Vera, columnista el Periódico de Chía | Opinión |
Asistí a dos de las exposiciones que realizó el actual alcalde y abogado Leonardo Donoso, sobre el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). En realidad, se trata de un listado de hechos cumplidos, incluido el POT, frente a los cuales, según la posición del mandatario local, no se puede hacer prácticamente nada.

Y es precisamente esta posición la preocupación principal, que nos obliga como ciudadanos conscientes a buscar respuestas frente a estos retos, pues partimos del principio de que la realidad que gozamos o que padecemos es una construcción nuestra, de toda la ciudadanía, bien sea por acción o por omisión. Al fin y al cabo los irresponsables alcaldes que tuvimos en el pasado y que permitieron el crecimiento y acumulación de los problemas fueron elegidos por una mayoría de ciudadanos que jamás se ocuparon en conocer la magnitud, profundidad y gravedad de esos problemas que hoy nos aquejan y que, por lo mismo, no exigieron mayor responsabilidad y eficacia a esos mandatarios.

Frente a esa compleja realidad que implica un POT aprobado por la CAR que expande las zonas urbana y suburbana de manera absurda e irresponsable, un gran número de licencias de construcción aprobadas por la administración anterior, que podrían elevar en once mil el número de nuevas viviendas, y que incluye también la necesidad de construir las plantas de tratamiento de aguas residuales para evitar la contaminación de los ríos Bogotá y Frío, la urgencia de construir nuevas vías para agilizar el tráfico vehicular interno y de nuevas ciclo vías, así como de andenes apropiados para la tercera edad y para la movilidad de personas que sufren diversas limitaciones -más la necesidad de una perimetral que por algún lado saque el tráfico pesado de nuestra ciudad y que es responsabilidad del gobierno departamental-, la falta de escenarios para la cultura y la recreación, la conveniencia de modernizar las construcciones escolares y de equipar estos establecimientos con las tecnologías modernas y de mejorar la preparación de los maestros con las nuevas y más humanistas concepciones pedagógicas, la urgencia de ampliar el hospital y mejorar la calidad de sus servicios.

Frente a esta compleja realidad se establecen dos caminos: o dejamos las cosas como están y mantenemos la actitud de permitir que los administradores locales y en particular el Alcalde haga lo que le parezca, o asumimos una actitud proactiva, constructiva, colaboradora que ayude a resolver esta confusa problemática.

Ahora bien, para eso necesitamos en la alcaldía líderes y no burócratas. Un burócrata es alguien que carece de sensibilidad social; es incapaz de conmoverse ante la angustia, el dolor y el sufrimiento de quienes dependen de sus decisiones. Es alguien que se guía solamente por la frialdad de cifras; en la mayoría de las veces falsas o manipuladas en función de minorías que así lo exigen y por sus propias y personales conveniencias. Un líder es todo lo contrario; es sensible, activo, no da por inmutable ninguna realidad sino que siempre está en la actitud de buscar nuevas y novedosas formas de convivencia y existencias para sus dirigidos; motiva e impulsa a los grupos sociales para que actúen, descubran y propongan nuevas formas de organización y nuevas soluciones a los problemas; utiliza de manera efectiva los recursos de que dispone y busca que sus dirigidos encuentren formas de incrementarlos. Eso es lo que en este momento necesita Chía: líderes de verdad.

Esa es la respuesta que esperamos de usted ante las circunstancias que afrontamos, señor alcalde Leonardo Donoso. Pónganos a los ciudadanos a participar. Movilice las fuerzas sociales que tiene este municipio. No dé por inmodificables derechos legales indebida o absurdamente adquiridos; la ley no puede servir para legalizar sus violaciones. Contrate abogados de alto rango para atender estos casos. Organice comisiones con residentes para presionar a las autoridades departamentales y nacionales a fin de que nos ayuden a cambiar situaciones que son de su resorte; organice a la población para ayudar en las soluciones locales.

En pocas palabras ejerza el liderazgo que implica el cargo que ocupa. Si lo hace usted ganará el aprecio y respeto de la ciudadanía de Chía.

* Columna edición 92/mayo de 2016
Compartir:

Deja un comentario