Restricción de tractomulas en Chía generaría caos en Bogotá

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Desde el lunes se restringe circulación en Chía. La prohibición en el vecino municipio no solo afecta el transporte de carga entre Cundinamarca y los santanderes, sino que implica el paso de 45 mil vehículos de estos por la capital. Piden una variante que no pase por Chía.

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Chía | Tomado del diario El Espectador, Por Alexánder Marín Correa | Bogotá |
 Al caos de movilidad de Bogotá se le sumará un nuevo ingrediente que lo empeorará: casi 1.500 tractomulas tendrán que circular a partir del lunes por la ciudad, cuando entre en vigencia el decreto que firmó el alcalde de Chía, Leonardo Donoso, que restringe el tránsito de camiones de más de 3,4 toneladas por la vía principal de se municipio. Se trata de la avenida Pradilla, un tramo de 800 metros que, aparte de ser la vía de acceso al municipio, es la única conexión entre dos concesiones viales: la Devisab y la Devinorte, que unen a Cundinamarca con el norte de Boyacá y los Santanderes. Para dimensionar su importancia, un dato: en agosto circularon por ahí 45.000 tractomulas.

El decreto, que se firmó el 16 de agosto, prohíbe circular de lunes a viernes entre las 6:00 a.m. y las 8:00 p.m. y los fines de semana entre las 4:00 y las 8:00 p.m. Los únicos exentos son los camiones que lleven periódicos, alimentos perecederos, ganado de lidia, basura, oxígeno, caña o maquinaria para emergencias en la vía.

La restricción de circulación para las tractomulas en Chía comenzará desde el lunes.

Aunque la decisión la han calificado como una medida a la ligera, Donoso es enfático al decir que no solo fue bien pensada, sino calculada.“Nosotros debemos mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Claro, también presionar a la Nación y a Cundinamarca para que se den cuenta de la necesidad de construir una variante que mejore la movilidad en la región. Por una vía de 800 metros sé que puede colapsar parte de la economía del país, pero es hora de que la Nación le cumpla a Chía”, dice Donoso.

Y es que el efecto sobre la movilidad del municipio es evidentes. Según cálculos de la propia alcaldía, un recorrido desde Siberia hasta Chía, que debería durar 15 minutos, hoy puede tardar casi hora y media. “No estoy obligando a los transportadores a tomar vías alternas. Estoy generando una autoridad sobre el municipio. Nosotros en Chía no podemos esperar más porque realmente la movilidad está impactando en la calidad de vida de los habitantes”, enfatizó. Para Donoso, lo único que le deja el transporte de carga al municipio son efectos negativos. Trancones, demora, deterioro de las vías, muertos, heridos, contaminación. “No nos deja nada positivo, porque ni siquiera tanquean en Chía. Son años de una congestión que ha dejado minusvalía en el comercio y los predios”, agrega.

A pesar de las solicitudes de varios sectores al alcalde para que reconsidere su decisión, él se mantiene firme. “Si hay un compromiso formal de Nación con Chía, pensaría en modificarla, porque de esa manera tendría algo para decirles a los habitantes. Pero desde que llegué a la Alcaldía no he recibido una respuesta seria. Yo modifiqué mi Plan de Ordenamiento Territorial, generé el desarrollo vial y lo único que me han dicho es ‘tranquilo, alcalde’ y yo no puedo seguir esperando”, explica Donoso.

La administración de Chía propone la construcción de dos variantes: la Troncal del Peaje, una vía de 3,2 kilómetros que arrancaría en el restaurante El Humero y saldría a la altura de Aguapanelas Internacional, y la Troncal del Río, entre Cota y Chía, que comenzaría en la hacienda El Noviciado, cruzando por el Club Guaymaral, la cual empataría con la Troncal del Peaje. “Se unirían las dos grandes vías, que deben ser de cuatro carriles, con puentes, sin tocar el casco urbano”, dijo el alcalde.

Efectos sobre Bogotá

Los efectos de la decisión sobre Bogotá serán evidentes. Al no poder transitar en el día por Chía, los transportadores no tendrán otra opción que circular por la capital. Las alternativas son la calle 13 o la calle 80, para tomar la avenida Boyacá y luego salir a la autopista Norte para tomar la vía a Boyacá. Es por esto que la decisión genera preocupación. No solo al gremio transportador, sino para la movilidad de la capital.

Luis Orlando Ramírez, director ejecutivo de Asociación de Transportadores de Carga (ATC), califica la medida como una decisión sin los análisis respectivos y que no solo afecta a los transportadores, sino a Bogotá. “Creo que faltó un diálogo abierto. Esta es una decisión que amerita mesura. Por ejemplo, se perjudicarán los transportadores de Ubaté y todos los de la sabana. El sector de carga está saturado de restricciones en todo el país. Ahora nos toca transitar por las avenidas de Bogotá y será un colapso anunciado”, señala. Sobre el reclamo de la variante, el líder del gremio apoya la petición del mandatario de Chía, al considerar que el Gobierno ha dilatado esta obra de manera injustificada. “El Gobierno Nacional tiene mucha responsabilidad en esto”.

Por su parte, el viceministro de Infraestructura, Dimitri Zaninovich Victoria, es consciente de que el decreto puede generar un problema al transporte de carga, a Bogotá y a toda la región, porque ese tramo de 800 metros tiene una dinámica importante. Por esta razón, dice, están tomando las medidas para evitar esos traumatismos.

“La semana pasada el ministro de Transporte hizo un sobrevuelo con el alcalde, en el que se llegó a un acuerdo: la próxima semana se firmará un convenio entre el Ministerio, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), la Gobernación y el municipio, para sacar adelante la construcción de la variante que necesita Chía. El convenio lo está revisando el personal jurídico y esperamos con esto evitar problemas”, indicó el ministro.

A pesar del anunciado convenio, el alcalde de Chía insiste en que mientras no haya hechos concretos, la restricción empezará a regir el lunes, día en el que podría aumentar el caso vial en Bogotá.

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