Una imagen dice más que mil palabras y dos imágenes lo dicen todo. Y aquí lo que se aprecia de fondo es la liviandad de carácter e insana manera de actuar, de uno de los honorables concejales de la ciudad.

 Así fue como el concejal ebrio, como dicen, o tal vez ya enguayabado y dormido se les escapó en las narices a los agentes de tránsito, tal y como se observa en los videos… ¿Sería que los agentes reconocieron al concejal?  ¿Será que la policía de tránsito de Chía no fue eficaz en atender el caso?  ¿Oh qué el concejal está acostumbrado a violar la Ley gracias a su investidura?

Hay que recordar que al tránsito de Chía lo antecede su amplia fama de eficiente en materia de comparendos, suspensiones, retenciones e inmovilizaciones de vehículos. Acciones obligadas que no se vieron en práctica en esta oportunidad.

Lo importante de esta situación es que dejara como moraleja, «los concejales también pagan», y nos llegara para compartir con nuestra audiencia, con la misma prontitud y claridad el video del comparendo que se le impone al concejal pagando todas las infracciones cometidas:

-Dormir en el espacio público durante 40 minutos en un carro prendido.
-No responder a los requerimientos de la Policía.
-Escaparse dé la policía manejando en supuesto estado de embriaguez.
-Los demás que obligue la Ley.

Todo esto con el fin de que mañana no se le ocurra a cualquier perico de los palotes seguir el ejemplo del honorable concejal.

Pero aquí no termina todo. También es posible suponer que, por no habérsele hecho prueba de alcoholemia, haber llegado a su casa sin acordarse de nada, ser honorable concejal, amigo del alcalde y del secretario de tránsito, Camilo no tenga comparendo alguno, ni tenga que pagar ninguna sanci´ón, ni sufrir porque su carro sea sometido a inmovilización o retención preventiva… Todo porque en esta ciudad impera el amiguismo y el compadrazgo, especialmente para tapar lo reprochable.