Universidad de La Sabana en procura de la última milla: para servir y servir

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La gran transformación se resume, en que la institución a través de su conocimiento sirva dando soluciones concretas a la sociedad.

Edificio ad Portas, la mayor y más moderna edificación de la Universidad.
Foto, Ángel González
Chía | Redacción EPDC, edición 119 | Educación |
En los albores de sus primeros 40 años en Chía, de la mano de su actual rector Rolando Roncancio Rachid, la Universidad de La Sabana inicia un nuevo ciclo que consiste en transformarse en un centro académico de tercera generación.

Se posesionó el 8 de diciembre de 2020, a la edad de 43 años, nombramiento que lo convierte en el rector más joven, y en el primer egresado en ocupar este cargo. Con su designación, sucede a Obdulio Velásquez Posada, quien después de 15 años en este puesto deja como legado la consolidación científica del claustro y la modernización de la infraestructura universitaria.

Para quienes lo conocen, Roncancio no es nuevo en este paraninfo. Allí nació y creció como profesional, al iniciar desde muy joven su carrera como estudiante de Derecho y desempeñarse luego como profesor.

El tiempo le permitió construir una trayectoria de 26 años en cargos administrativos en la institución, de manera que llega como pocos con un conocimiento integral de la Universidad.

Pero el salto de alumno a rector no fue tan sencillo ni lineal. En el entretanto, realizó un Master in Business Administration (MBA) en la Escuela de Negocios de la Universidad Inalde Business School, y un magíster y doctorado en Gobierno y Cultura en las Organizaciones en la Universidad de Navarra (España), donde obtuvo la máxima calificación en su tesis doctoral. 

Tras su posesión y, después de año y medio de gestión, el Periódico de Chía se reunió con él para conversar y conocer de primera mano de qué se trata esto de convertir a la Universidad de la Sabana en una institución de tercera generación, qué visiones trae y cuál será su derrotero.

En este primer encuentro descubrimos un personaje amable, empático, agudo y con gran sentido del humor, sencillo, pero caracterizado, y con una gran claridad sobre qué quiere y hacia dónde espera llevar a la institución. Es un gran conversador y, como profesor, no puede evitar su pedagogía al explicar las características y alcances de la nueva visión que busca para la Universidad.

Para Rolando Roncancio la universidad como institución es más antigua que el surgimiento de los estados: “Es necesario”, explica, “que todo ese saber que han atesorado celosamente durante siglos se ponga a disposición de la comunidad con soluciones palpables, tangibles, que casi se puedan tocar”.

«Posteriormente, aparece la segunda generación”, continúa el rector, “caracterizada por centrar su actividad en la ciencia, pero ese conocimiento se volvió hermético, en parte por las restricciones que ejercía la religión en los planes de estudio académicos, hasta que el modelo alemán se convirtió en el estándar internacional y los británicos establecen universidades por todo el mundo, lo que hizo a la educación superior accesible a las clases populares de muchos países. En este orden de ideas, la universidad se convierte en una institución popular, que implementa el conocimiento en soluciones concretas para la sociedad, lo que da paso a lo que se ha definido como la tercera generación, etapa en la cual la universidad de La Sabana está muy comprometida”.

No sobra recordar, concluye, “que La Sabana cuenta con 12 mil estudiantes, 150 programas y 11 doctorados, y que, de las 94 universidades en Colombia, es la universidad más internacionalizada del país, según las pruebas Saber Pro”.

La última milla, compromiso de la U de la Sabana

Rolando Roncancio, rector de la Universidad de la Sabana. Foto Ángel González

Para el rector Roncancio, la gran transformación de la universidad se logrará cuando se rompan las inercias y se creen espirales de confianza entre las instituciones, para que los ecosistemas locales se articulen mejor. Esto significa crear soluciones desde la universidad local, bien sea con tecnologías aplicadas a procesos sociales o artefactos innovadores. 

De ahí que el rector insista en ampliar y fortalecer los 52 grupos de la universidad, específicamente en las áreas de Medicina y Alimentos. Sobre el particular, La Sabana se destaca por ser una de las instituciones que más patentes produce, de acuerdo con el ranking de la Superintendencia de Industria y Comercio.  

Frente a este contexto, que representa un logro importante, se propone trabajar en superar la última “milla” para permitir que esas patentes tengan un impacto tangible en la comunidad, algo que a la fecha no se ha podido lograr. En otras palabras, la investigación llega hasta las patentes, por lo que el rector concluye, “El objetivo final es contribuir a generar un PIB intensivo, ligado al concepto de innovación, bien sea con tecnologías sociales o de artefactos. Lograrlo no es solo un problema de confianza como institución sino de confianza competitiva, esa es la última milla, para nosotros. En este punto, es importante recordar que Connect Bogotá Región nos definió como una organización abierta al riesgo, lo cual es muy importante cuando se pretende innovar». 

Uno de los caminos para superar la última milla es el emprendimiento, al respecto el rector Roncancio plantea “no sobra decir que la universidad cuenta con un fondo de emprendimiento para la región, el Centro de Emprendimiento Innovación Sabana (CEIS) al que cualquier persona puede acceder con su emprendimiento y la Universidad le ayuda a patentarlo”.

Más allá de la última milla en alimentos y medicina

Higienizador de rayos ultravioleta de fluidos alimentarios, tecnología única, desarrollada 100% en Colombia. Foto Cortesía Unisabana

Gracias al quehacer de los grupos de investigación, La Sabana ha logrado crear artefactos de gran impacto, como un higieniziador ultravioleta de bajo consumo de energía, cuenta emocionado Roncancio, “un aparato que no altera demasiado las propiedades de los alimentos, creado por los estudiantes, y cuya tecnología está siendo aplicada en el país por la cadena de almacenes Éxito”.

Así mismo, durante la pandemia del coronavirus, gracias al ventilador diseñado y producido por la universidad, se salvaron 48 vidas en lugares remotos como las EPS del Putumayo y la Fundación Santa Fe de Bogotá. Lo más interesante, afirma el funcionario, “es que para este proyecto se logró montar una línea de fabricación en los laboratorios de la institución, apoyados por la industria militar del país y la línea blanca de fabricación de Challenger. En la actualidad, se está trabajando en la segunda versión con el concepto de tecnología inversa, lo cual, entre otras cosas, implica bajos costos”.

Ventilador mecánico invasivo para atender pacientes con compromiso respiratorio severo. Foto, Ángel González

Los unicornios de La Sabana

La Sabana también cuenta con emprendedores reconocidos como Mateo Bolívar, ganador del premio mundial Emprendimiento Suiza, como creador de la aplicación E-line, muy utilizada en la actualidad para filas virtuales en bancos, hoteles y demás; y el ganador más joven del Shark Tank, Mariana Sánchez, con Laika, una aplicación de domicilios para mascotas.

La Sabana, sus currículos y su compromiso con la región

Mediante mediciones que se realizan en el Observatorio desde hace ocho años que permiten establecer indicadores cada cuatro años, el programa “Sabana Sostenible” de la Universidad, acompaña el desarrollo sostenible de la región. Esto ha permitido contar con una APP alimentada por encuestas sobre algunos temas ligados a la región metropolitana, en las que participaron habitantes de la región en el periodo 2014-2022.

La apuesta, plantea Roncancio, “es que un alto porcentaje de currículos sea para la solución de problemas reales. Para lograrlo nos valemos del barómetro experiencial, el cual establece el porcentaje de las asignaturas que cumplen con el objetivo, a partir de tres metodologías: el aprendizaje por servicio, por retos y por creación de proyectos”. 

La realidad indica que las 25 mil universidades que existen en el mundo dictan en un semestre 125 millones de asignaturas. En este orden de ideas, afirma Roncancio, “si el 36% de estas asignaturas estuvieran conectadas con la realidad, el mundo con toda seguridad sería mejor”. 

“En el caso de La Sabana”, agrega, “en una de las asignaturas del programa de Ingeniera Civil, los estudiantes trabajaron en el municipio de Tabio con el fin de medir la resiliencia sísmica. Lo hicieron casa por casa. Una vez concluyeron llevaron los resultados a la Oficina de Prevención de Riesgos y Desastres de dicho municipio, al tiempo que ofrecieron una capacitación orientada a madres cabeza de familia y a obreros, pues es usual que en esta región sean ellos los que construyen. A su vez, los estudiantes del próximo semestre se encargaron de construir el plan de atención de riesgos y mitigación para cerrar el ciclo, y otro porcentaje se dedicó a la construcción institucional: hospitales y colegios, entre otros”.

La Sabana también está desarrollando tecnologías. Ya ha registrado dos software que pueden ser escalables en Latinoamérica, y cuenta con apoyo de Watson, que es el capítulo de inteligencia artificial de IBM.

La Universidad participó con dos mil estudiantes en “Challenge por Colombia”, iniciativa que llevó a la creación de dos políticas públicas aprobadas, y para dar solución a problemas concretos de la región a través de tres desafíos críticos, fundó con Asoleche el “MuHacher Asoleches”. 

Abrir facultades no significa crecer

Paisaje del campus universitario. Foto, Ángel González

De acuerdo con Rolando Roncancio, crecer consistentemente no significa abrir facultades. En su opinión, lo que se necesita es trabajo interdisciplinario entre facultades. En el mediano plazo espera abrir una escuela de gobierno en el campus, crear oferta de técnica y tecnológica en análisis de datos, enfermería, y crear oferta virtual, mediante lo que se conocerá como “Unisabana Tech”. Además, inaugurará su propio Goverment Lab con capacidad analítica de datos aplicada a las instituciones públicas, y un “Observatorio de salud.

“Otros de los proyectos aprobados, son: ciencia de datos de pregrado, diseño de ingeniería, una maestría virtual en innovación tecnológica y un MBA híbrido (virtual y presencial) con el INALDE; y la Universidad también cuenta con un proyecto denominado “Motores de Esperanza”, que incluye la participación proactiva de lo público a través de “Técnicas de impacto colectivo”, en las que participan 14 organizaciones de Sabana Occidente, Sabana Centro y Bogotá. Se destaca el programa de formación de líderes de la Fundación Origen y Corona, que se ha implementado en el municipio de Tabio, en Sabana Centro y en la localidad de Suba en Bogotá”.

Unidad de salud mental

En materia de salud, La Sabana inauguró el segundo satélite de salud mental en alianza con Compensar en Neurociencia, ubicado en la calle 135 con avenida 19. El primero funciona en la avenida 26 en Bogotá. Y muy pronto se inaugurará una unidad de salud mental con 30 camas. 

El río Bogotá: de espaldas a la región

Para el rector Roncancio el río Bogotá es un actor viejo de la región, de la ciudad y del país: “Este país se ha construido de espaldas al mar y a los ríos, a diferencia de otros países en los que la convivencia armónica con los ríos es constante. El río Bogotá nos marca poderosamente por su papel protagónico. A La Sabana le corresponde un pedazo muy pequeño de toda su cuenca, pero nuestro propósito es cumplir el itinerario de armonizar el pasado, el presente y el futuro del campus con el río”. 

La relación de la Universidad de La Sabana con el río Bogotá tuvo sus comienzos en el año 86, y desde ese momento ha intentado una relación armónica, comprometida e integral. Sin embargo, como puede ser el río largo y profundo en su relación con la Universidad, acordamos abordarlo con el rector más adelante y en exclusiva para la comunidad de Chía.

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