¿Existió Cristo?

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Después de los escándalos que dejaron entre los musulmanes los “Versículos satánicos” y entre los católicos “La última tentación de Cristo” y del éxito arrollador de la película de Mel Gibson “La pasión de Cristo”, es hora de acudir a la razón, más que a la “fe del carbonero”.

Medellín| Tomado de Eje 21, por Rodrigo Llano Isaza | Religión | La existencia de Cristo es un hecho histórico poco conocido y sustentado por quienes más tenemos obligación con él, los cristianos y específicamente los católicos. Son escritores de otras creencias o agnósticos, los que muchas veces nos aportan los testimonios más firmes y valiosos, más que los mismos evangelios, que, según afirman, fueron 90, de los cuales los canónicos son sólo los cuatro que conocemos, es decir, los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Cayo Suetonio, el autor de “Los Doce Césares”, nacido en Roma hacia el año 70 d.n.e (de nuestra era), cuando apenas habían pasado 37 años de la muerte de Jesucristo y cuya primera publicación de su libro se presentó en el año 119, en la parte correspondiente a Claudio, afirmó: “Hizo expulsar de Roma a los judíos, que, excitados por un tal Cresto, provocaban turbulencias”. No es de extrañar que confundiera a judíos con cristianos, pues durante mucho tiempo los romanos ignoraron sus diferencias.

En el año 112, Plinio el joven solicitó a Trajano instrucciones acerca de la actitud que debía tenerse con los cristianos. Tácito en el 115 y dentro de sus “Anales”, cuenta de la persecución de Nerón a los cristianos, a los cuales culpaba del incendio de Roma en el 64. En el mismo año, Celso en su “Discurso verdadero”, atacaba violentamente a los cristianos. Una carta del estoico sirio Mara Bar Serapión a su hijo, cuenta como el “Rey de los judíos” había sido crucificado por ellos. El emperador Adriano en dos cartas, una del año 125 y otra del 133, se refiere a los cristianos y a la conducta que debe asumirse frente a ellos. En el Talmud se menciona a “Yeshu de Nazareth”. El papiro 52 encontrado hace relativamente poco y que data del 125, transcribe un fragmento del evangelio de San Juan. El Corán habla de Cristo y su madre en las suras mecanas: la 19 sobre María, la 21 sobre los profetas y la 23 sobre los creyentes.

También el historiador judío y colaborador de los romanos Flavio Josefo, da un testimonio sobre la existencia de Cristo en sus “Antigüedades judaicas”, cuando habla del “mártir de Santiago, primer obispo de Jerusalén, hermano de Jesús, llamado Cristo” y no habla más porque sus obras fueron sometidas a la censura, en vida del autor, por personajes como Agripa y Tito.

¿A quien sino a Cristo seguían los cristianos? ¿A quien sino a Cristo le deben el nombre los cristianos?, por ello todas las referencias históricas a los cristianos, pues hablan de Cristo, es elemental.

Los pocos estudios demuestran que las fuentes primigenias de nuestra religión son rigurosamente ciertas y que Cristo si es un personaje histórico.

Otros muchos libros podrían dar testimonio de esta verdad histórica como “Los rollos del Mar Muerto” o la confirmación de ciertos milagros bíblicos protagonizados por animales, tal como lo hace Vitus Droscher en su libro “Y la ballena devolvió a Jonás”.

De todo lo cual resulta el que acudir a la razón no sea tan malo ni tan censurable, quizás todo lo contrario y si mucho mejor que pegarse de “la fe del carbonero”.

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