La Nunciatura de Bogotá recibe al Papa
Durante cuatro días el sumo Pontífice permanecerá en la capital del país y se alojara en la casa apostólica del Vaticano en Colombia, ubicada en el barrio Teusaquillo. Conozca un poco los vecinos del Papá en Bogotá.
Posteriormente recorrerá 12.4 kilómetros –desde el aeropuerto hasta la Nunciatura– en un papamóvil, impartiendo bendiciones a diestra y siniestra, sin perder su eterna sonrisa a sus 81 años.
Allí lo espera un grupo de amigos y saludará a varios obispos, al cardenal y al provincial de los jesuitas. Le darán mate, frutas y postre de natas, desempacará su maleta, revisará algunos documentos, para finalmente descansar de la larga travesía.
La Nunciatura está localizada en el barrio Teusaquillo, en la calle 37 con carrera 15, construida con una arquitectura republicana, rejas negras y unos pequeños jardines. A unos metros de allí, en la calle 37 con vivieron dos personajes destacados de la historia colombiana: Laureano Gómez y Gustavo Rojas Pinilla.
Al día siguiente, después de otra maratónica visita a Villavicencio, retornará a esta sede y lo repetirá, cuando regrese de Medellín.
La Nunciatura y sus vecindades
Al frente de la casa apostólica del Vaticano en Colombia están ubicadas las sedes de Acopi y de Fedegán.
A escasas dos calles están las oficinas universitarias de la Fundación Internamericana Técnica, de la Universidad Cooperativa de Colombia, Coruniversitec y de Fulbright Colombia.
Justo detrás de la Nunciatura hay un hotel –donde antes estaba la sucursal de El País y del CIEP– y la sede de la Fundación Fundar, que tiene programas de tratamiento del alcoholismo. Dos cuadras al sur está la sede principal de Profamilia.
Por las calles y carreras que rodean a la Nunciatura también funcionan sedes de oficinas de servicios temporales, el Instituto Italiano de Cultura y el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Es posible que la chef del Papa en Colombia, Carmenza Morales –quien responderá por cuatro desayunos, un almuerzo y cuatro comidas– le pida permiso al nuncio apostólico, monseñor Ettore Balestrero, para ir hasta la esquina de la 34 con carrera 13 y comprar unos pandebonos o unos buñuelos calienticos que comienzan a vender, a las 7:30 de la mañana, para los oficinistas de Ecopetrol o el Banco de Bogotá.
Una madrugada con el papa
El Pontífice se levanta todos los días a las 4 de la mañana y, de pronto, prenda un radio para enterarse de lo que está sucediendo en el mundo. A unos 180 metros de su cama está localizada la Torre Sonora de RCN.
De pronto sintonice la básica de la cadena y escuche que Yanelda Jaimes –la reina de la madrugada radial—y Hernando Romero Barliza, el capi, digan que en minutos comenzarán a pasar los buses de Transmilenio y que la temperatura es de tres grados y se prevén días soleados. Es posible que digan “Bienvenido Papa Francisco”, lo saluden y le deseen lo mejor para el día. “Mil gracias”, responderá desde el borde de la cama, y desde allí les imparta su bendición.