Runashimi, el videojuego que apoya la conservación de la lengua Kichwa

1911
0
Compartir:

A partir de un trabajo de co-creación colaborativa, nace el videojuego Runashimi como parte de las soluciones TIC para que los jóvenes de la comunidad indígena Kichwa de Sesquilé, en Cundinamarca, se sintieran atraídos por sus raíces.

Nación | Prensa Ministerio TIC | Cultura |
 Con deseos de preservar su cultura, los Kichwa, comunidad indígena de Sesquilé, Cundinamarca, encontraron en las TIC una forma de enseñar de manera didáctica y práctica la lengua de su pueblo y evitar la desaparición de su comunidad.

Los ancianos Kichwa notaban con preocupación el desinterés de los más chicos por las tradiciones y costumbres de su pueblo, por esta razón, decidieron compartir sus necesidades y problemáticas con profesionales de la Universidad Nacional. Junto a ellos y a partir de un trabajo de co-creación colaborativa, se propusieron soluciones TIC para que los jóvenes se sintieran atraídos por sus raíces.

Es así, como nace Runashimi, un videojuego que a través de diez niveles hace el recorrido de los ancestros Kichwa hasta llegar a Sésquile. En el camino, los niños y jóvenes practican la lectura, pronunciación y escritura de la lengua.

Este juego se realizó en las instalaciones del ViveLab de Bogotá, uno de los laboratorios de innovación y producción de contenidos digitales que el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) instaló en diferentes regiones del país para llevar el país hacia la Economía Digital.

Los ViveLab son espacios a través de los cuales se facilitan las herramientas tecnológicas y se brindan capacitaciones técnicas para realizar actividades de emprendimiento digital, enfocadas a aplicaciones y contenidos digitales.

La infraestructura del laboratorio de Bogotá le permitió a John Alexander García, coordinador del proyecto; Catalina García, antropóloga; Yamile Pérez; asesora lingüística, y Álvaro Triana, coordinador de desarrollo, utilizar todos los equipos y programas para crear el juego, que alineó el uso de las tecnologías con la preservación del patrimonio cultural de los Kichwa.

Uno de los grandes retos que tuvieron que afrontar los creadores de Runashimi fue la articulación efectiva de las necesidades de la comunidad indígena con las TIC:

Hacer un proyecto como estos implica tener un diálogo constante y permanente con las comunidades, en el que se involucran las tradiciones y cultura Kichwa y el desarrollador debe digitalizar estas creencias”, comentó John Alexander García.

La lengua Kichwa está ligada a una forma de pensamiento y sabiduría que genera cohesión, fortaleza y solidaridad dentro del pueblo. Runashimi es un ejemplo de cómo se pueden proponer soluciones TIC a problemáticas reales, en este caso, el videojuego aporta a la preservación de la lengua y las tradiciones de una comunidad indígena.

Compartir:

Deja un comentario