El Chocó cuenta con una nueva área protegida
El Distrito de Manejo Integrado Alto Atrato fue declarado tras dos años de trabajo conjunto, en una zona de altísimo valor ecológico para Colombia. El área que comprende parte del complejo de Páramos del Sol – Las Alegrías y tiene una extensión de casi 18.000 hectáreas.
Foto: K-minantes colectivo
El pasado 22 de diciembre, el país recibió de regalo de navidad la declaratoria del área protegida que conservará la zona donde nace el río Atrato. Se trata del Distrito Regional de Manejo Integrado Alto Atrato que comprende parte del complejo de Páramos del Sol – Las Alegrías y tiene una extensión de casi 18.000 hectáreas.
Tras dos años de intenso trabajo, el Proyecto GEF Conservación de la biodiversidad en paisajes impactados por la minería, celebra este logro que hace parte de sus metas de alcanzar áreas protegidas en el Chocó Biogeográfico que contribuyan con al menos 70.000 hectáreas para la conservación y el uso sostenible. El Proyecto, que es implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ejecutado el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), participó de la mano con diversas organizaciones en el trabajo previo que permitió la realización de esta declaratoria por parte de Codechocó.
El DMI Alto Atrato cubre un área localizada al norte del municipio de El Carmen de Atrato donde se encuentra la cuenca del Atrato, sus arroyos, quebradas, y demás fuentes hídricas que alimentan la biodiversidad de la zona, siendo el hábitat de un sinnúmero de especies de alta importancia por su valor ecológico, diversidad genética o estado de conservación.
Con esta declaración se apunta a restaurar y preservar, en condiciones naturales, estas áreas representativas de los ecosistemas de páramo, subpáramo, bosque altoandino y andino de la región Pacífico. Pero, también, se pretende aportar a la sostenibilidad de los recursos biológicos y demás bienes y servicios ambientales que soportan las actividades productivas de numerosas comunidades cuya subsistencia depende de la salud de la cuenca. Esto último es fundamental para mantener el desarrollo socioeconómico y especialmente la seguridad alimentaria de estas poblaciones.
