Gran revuelo causo entre los chías y principalmente entre los candidatos a la alcaldía, la reacción engañosa que asumió Gaitán, haciéndole creer a la gente que había triunfado en los tribunales y podía volver a ser candidato a la alcaldía.

El hecho se produjo el pasado viernes en la noche, después de que se conociera que  el Tribunal Superior de Cundinamarca había fallado sobre la demanda  interpuesta por los apoderados, del revocado candidato a la alcaldía de Chía Orlando Gaitán Mahecha, pidiendo medidas cautelares contra el fallo de primera instancia de la segunda de las tres sanciones por las cuales Gaitán quedo inhabilitado por la procuraduría, para ejercer cargos públicos por tres años.

La situación se produjo ante la reacción siempre encaminada a confundir a la gente del supuesto candidato, quien salió en persona a perifonear nuevamente su candidatura por todas las calles de la ciudad, invitando a sus electores a salir masivamente a votar por él.

El hecho que prendió todas las alarmas y  se prestó para todo tipo de conjeturas e interpretaciones, se dio después de que en la página del Tribunal se conociera que se había fallado sobre el caso, más no se especificaba el tenor del resultado, o sea si el fallo había salido a favor o en contra del demandante, o sea de Gaitán.

Sobre la decisión del Tribunal, el Periódico de Chía pudo establecer que el pasado viernes 16 de octubre, la magistrada resolvió la solicitud de medida cautelar emitiendo al respecto el fallo en estos términos: “Niégase la solicitud de medida cautelar consistente en suspensión provisional del fallo de primera instancia proferido por la procuraduría segunda distrital el 12 de diciembre de 2012 y de la resolución 151 del 13 de marzo de 2013”. Cumplido el término del auto por el cual se admitió la cautelar solicitada el 8 de septiembre de 2015, el expediente vuelve al despacho para lo pertinente.

De esta manera se le cierra, y de una manera definitiva, todas las puertas a Orlando Gaitán para aspirar a la alcaldía, campaña a la que se ha aferrado de manera insistente, obsesiva y engañosa, convenciendo, presionando y en algunos casos coaccionando a las personas que no permitieron su presencia  o participación en eventos realizados con los distintos candidatos, para darse a conocer o hacer proselitismo de sus candidaturas en los diferentes escenarios municipales.

De otra parte vale la pena aclarar que igual suerte hubiera corrido Gaitán si el tribunal no se hubiese pronunciado a o si el fallo hubiera salido a su favor, ya que por ley el candidato tendría que haber tenido resuelta la situación de su revocatoria un mes antes de las elecciones, asunto que por tiempos tampoco se le hubiera dado.