Difícil regreso a clases en Mocoa luego de la tragedia

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A partir del lunes los alumnos de las diferentes instituciones educativas en Mocoa retomaron las clases en un proceso gradual. La prioridad durante las siguientes semanas es el bienestar emocional de los menores para que superen el duelo y así puedan retornar más tranquilos a sus aulas.

Mocoa | Prensa Presidencia | Desastres |
 En la mañana de este lunes alumnos y docentes se reencontraron entre abrazos en su primer día de clases en la Institución Educativa ‘Ciudad Mocoa’. Ahí se presentan varios contrastes luego de la tragedia causada por la avalancha el pasado 1° de abril.

Poco a poco llegaron al plantel sus alumnos y docentes. Los niños asistieron vestidos de particular, algunos con botas pantaneras, y con las evidencias de las secuelas físicas y sicológicas por todo lo que perdieron. Unos se veían alegres al reunirse con sus amigos, pero no pueden ocultar las lágrimas de tristeza por quienes no lo lograron.

De los once mil estudiantes que regresan hoy a clases en Mocoa, en esta institución estudian casi mil trescientos.

La jornada se inició con una misa en la mañana para honrar la memoria de los veintisiete niños de este colegio que perdieron la vida. Y según cifras que entregaron profesores y alumnos, diez están aún desaparecidos. Este día el colegio no inició actividades académicas, progresivamente se enseñará con un currículo flexible, mientras que en sus pupitres se reunían a conversar, dibujar, leer.

La prioridad durante las siguientes semanas es su bienestar emocional, que superen el duelo y así puedan retornar más tranquilos a sus aulas.

Los cuarenta y cuatro docentes del colegio ‘Ciudad Mocoa’ sobrevivieron a la tragedia. Ellos tendrán la significativa labor de acompañar a sus alumnos con cariño y afecto.

El rector Frey David Tapia Cano cuenta que hay una programación especial como, por ejemplo, el denominado ‘Círculo de la Palabra’, donde los estudiantes se reúnen a expresar sus emociones y superar así historias de dolor.

También cuentan con el acompañamiento de orientadores psicosociales de la Secretaría de Educación de Putumayo, otros del Ministerio y quince sicólogos y trabajadores sociales de la Mesa de Educación en Emergencia, que ha sido de gran ayuda en este proceso.

Frey también espera que con el transcurso de los días se normalicen las clases, y dice que se hará un diagnóstico de los elementos que les faltan a sus alumnos para que la Secretaría y el Ministerio de Educación Nacional les regresen sus útiles y uniformes que perdieron el día de la tragedia.

Dolor por los que ya no están

El ambiente entre los alumnos del ‘Ciudad de Mocoa’ no es como el de otro colegio.

Se perciben dispersos, al conversar algunos lo hacen con una risa tímida y otros rompen en llanto al revivir lo que sufrieron durante la avalancha y recordar a quienes ya no estarán con ellos en las horas de recreo.

Ese fue el caso de Soraida Andrea Vargas, del curso 8C. Al preguntarle cómo se siente por el regreso a clases, contesta con una sola palabra: “Bien”. Luego, entre lágrimas, recuerda a su amiga Marbel, de 13 años, quien ya no la acompañará en el aula porque pereció esa madrugada del sábado. “Le gustaba bailar. Era divertida. Era una niña alegre”, narra Soraida con voz entrecortada.

Tatiana, del grado 11C, afirma que el ambiente es triste, porque “faltan muchos compañeros”. Y habla de su amiga Sarai Guatí Salinas, quien era “juiciosa, bajita, inteligente”.

Por otro lado, el profesor Yader Guamep Acosta, director del grado 9B, cuenta que de sus treinta y siete alumnos, cuatro fallecieron, diez se quedaron sin casa y muchos se están trasladando de las zonas de riesgo. “Mi salón fue el más afectado, mis muchachos están muy afectados”, dice el docente.

La mejor del curso, Lady Sánchez, quien era “una niña muy dedicada a sus estudios que soñaba con ser una profesional”, está desaparecida.

Tampoco regresó Lady Garzón, “una buena compañera, muy buena amiga”.

El “chistoso del salón”, ‘Carlitos’ Jiménez, “quien le ponía la chispa al salón, muy social, dinámico y activo”, no estará haciendo reír a sus amigos, ni Juan Felipe Acevedo, quien “tenía la voluntad y el esfuerzo de salir adelante en la institución”.

Así es como este plantel educativo, y en general los once mil alumnos de Mocoa de quince instituciones, continuarán en este proceso de normalización de sus actividades académicas de la mano de padres de familia, docentes y autoridades.

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