Hoy es el Día Internacional contra la corrupción
Corrupción, amenaza para el posconflicto. De acuerdo a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), este delito podía ser un serio obstáculo para un eventual acuerdo de paz.
“Los gobiernos que han experimentado conflictos armados son particularmente vulnerables a la corrupción”, señaló el representante Mathiasen. Añadió que el conflicto genera las condiciones perfectas para que la corrupción se instale: un estado débil y un tejido social frágil y temeroso, unido al incremento de choques sociales y delincuencia. De firmarse la paz, este caldo de cultivo de corrupción es el escenario al que se enfrentarán las autoridades encargadas de ejecutar los recursos del posconflicto.
Como lo planteó la Fundación Paz y reconciliación en marzo de este año, hay 281 municipios que deberían ser priorizados por el Gobierno tras la firma del acuerdo, por la vulnerabilidad al resurgimiento de expresiones de violencia. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito advierte que factores como la presencia de cultivos ilícitos, minería ilegal, prácticas clientelistas y el precario desarrollo de vías e infraestructura en estos territorios hacen que sean al mismo vulnerables ante la corrupción.
“Para que en las regiones priorizadas el dinero no termine malgastado en corrupción, el Gobierno de Colombia debe fortalecer sus instituciones, capacitar a los entes de control y a la sociedad, y evitar a toda costa la impunidad en casos de corrupción”, afirmó Mathiasen. El representante señaló que este último punto es fundamental, pues “la falta de justicia y castigo efectivo es un incentivo perverso para la corrupción”.
Sin embargo, esta labor no será fácil. “Medir la corrupción es muy difícil: ningún país o municipio quiere ser calificado como corrupto, y además, por la misma naturaleza del delito, que involucra una cadena de personas, es difícil que llegue a ser descubierto y denunciado”, explicó Mathiasen. Hasta el momento, no se ha diseñado una forma de medir qué entidades son más corruptas. El único medidor en el país es el índice de transparencia de las entidades públicas, el cual analiza la capacidad de las entidades para entregar información al público, no hechos de corrupción en sí.
Lo cierto es que el Consejo Privado de Competitividad (organización sin ánimo de lucro) afirmó en su último informe 2012-2013 que aproximadamente $9 billones anuales se pierden en actos de corrupción. Es decir, alrededor del 1,6% del PIB nacional. “Esto termina afectando a los más pobres, que son quienes dependen del Estado”, afirmó Bo Mathiasen, el representante en Colombia de la UNODC. Y, si se firman los acuerdos de paz con las Farc, podría ser una piedra en el zapato para la construcción de paz.