Violencia económica y patrimonial, otra cara de la violencia contra las mujeres
Durante el Foro “Derechos económicos de las mujeres, retos y desafíos” que se desarrolló en la Universidad de la Salle, se presentaron los resultados de la investigación sobre violencia económica y patrimonial en los municipios de Riohacha, Buenaventura y Distrito de Cartagena
El evento contó con la presencia de Elsa Noguera, Ministra de Vivienda; Clara López, Ministra de Trabajo; Zulia Mena, Viceministra de Cultura; Paula Gaviria, Alta Consejera Presidencial para los Derechos Humanos; Martha Ordoñez Vera, Consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer y Carmen Amelia Camacho, Rectora Encargada Universidad de la Salle, entre otras personalidades.
Uno de los momentos relevantes del evento fue la Socialización de los resultados de la investigación “Violencia Económica y Patrimonial: Una aproximación a través de la atención en los municipios de Riohacha, Buenaventura y Distrito de Cartagena, estudio realizado por la Consejería Presidencial de la Equidad de la Mujer con el Apoyo de La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
El estudio revela que las cuatro formas de violencia económica y patrimonial más frecuentes en las ciudades estudiadas son:
- La negación de la manutención o cuota alimentaria a la mujer, los hijos e hijas.
- Negar a la mujer lo correspondiente a los bienes adquiridos durante la unión conyugal o marital de hecho (incluso ocultar bienes).
- Desconocer el salario justo por el trabajo realizado
- Retener los documentos personales y de identificación de la mujer como visas y pasaportes (en estratos altos).
“Nos llama la atención que en Buenaventura se identificó una forma de este tipo de violencia que sale del ámbito de la familia y que agudiza la violencia que padecen las mujeres y es la extorsión por parte de actores armados, a mujeres emprendedoras que han logrado pequeños negocios”, explica Marcela Sánchez Lara, Investigadora principal y coordinación de la investigación.
Con el objetivo de hacer una mirada global al tema, el evento tuvo un fragmento titulado: “Mujeres colombianas y mujeres coreanas, percepciones frente a sus derechos”, que con un enfoque novedoso, incluyente y analítico, abordó hechos tan cotidianos como el contacto físico, los piropos, las bromas de carácter sexual entre compañeros de trabajo y la edad promedio de inicio de la maternidad; temas que tienen manejos muy diferentes en estos dos países.
“Para el caso de las mujeres coreanas y colombianas es posible evidenciar grandes diferencias. En Corea del sur, la edad promedio para tener el primer hijo es a los 32 años; incluso durante 2014, se registró un aumentó en la proporción de las mujeres que decidieron esperar a los 35 años, dado que las coreanas han optado por avanzar en su consolidación académica y profesional antes de tomar la decisión de ser madres.
A su vez en Colombia, si bien la tasa media de fecundidad es de 27 años, lo preocupante es el elevado número de madres adolescentes, 17.4% de las mujeres entre los 15 y los 19 años ya son madres o han estado embarazadas (según la Sexta edición de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2015). Esto equivale a decir que en Colombia una de cada cinco madres es adolescente, un indicador desafiante para el gobierno y la sociedad”, afirma Gabriela Muñoz, Consejera Presidencial para la equidad de la mujer.
Al respecto, Bongsoon Jang – Director Agencia de Cooperación Internacional de Corea KOICA, añade que “Corea del Sur ha tenido un gran avance en esta temática, de hecho en 1980, las mujeres no tenían oportunidad de estudiar ya que debían atender los deberes del hogar y al interior de las familias, los hombres tenían prioridad para estudiar, mientras que actualmente, las mujeres coreanas son participativas cuentan con una voz fuerte y tienen roles de liderazgo dentro de la política”.
“La mujer colombiana, y en especial la mujer rural es el verdadero sostén de nuestro país y quien ha conservado, regenerado y reproducido el tejido social en estas décadas de guerra. El país desde sus instituciones y la sociedad civil en general tenemos una gran deuda en el reconocimiento y práctica de los derechos económicos y sociales de las mujeres rurales y en el reconocimiento del papel fundamental que representan” asegura, Álvaro Hernández, líder de Practica la Paz, Red para la Investigación y la educación en prácticas de paz.
Esta conmemoración del Día Internacional de La Mujer contó con un acto simbólico titulado, “La Mujer en el Cambiante Mundo del Trabajo: por un Planeta 50-50 en 2030”, a cargo de Belén Sanz, Representante de ONU Mujeres para Colombia, ya que este año, el eje temático propuesto por el organismo internacional es conseguir un nuevo mundo laboral para las mujeres.
El evento también contó con la participación de Gabriela Muñoz, Asesora Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer. Haeryung Choi, Subdirectora de KOICA. Magda Yaneth Alberto, Cumbre Nacional de Mujeres Por la Paz y Sergio Guarín, Red Practica la Paz: Red para la Investigación y la Educación, Fundación Ideas para la Paz.
El Foro busca ampliar la divulgación sobre los derechos de las mujeres, priorizar y fortalecer acciones de garantía de los mismos, en especialmente para las mujeres jóvenes.
Cifras mundiales de Unesco
- Menos de la mitad de los países del mundo han alcanzado la paridad de género en la educación primaria y secundaria (UNESCO-2016)
- Las mujeres tienen baja representación en disciplinas científicas y tecnológicas. Sólo el 29% de las investigadoras del mundo son mujeres
- 35% de mujeres en el mundo han sido víctimas de violencia física y/o sexual
- Las mujeres representan el 70% de los 1.200 millones de personas del mundo en condición de pobreza
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El 51.6% de pobres en Colombia son mujeres