Cundinamarca sí tiene futuro

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El Índice de Competitividad Mundial 2015 muestra a Colombia en el puesto 51 de 61, y considerando que este departamento ocupa la posición número 6 en el país, nos deja en una mala situación.

Cundinamarca|Tomado de Portafolio por César Carrillo Vega|Opinión |La Región desde los medios|
Quiero aprovechar este espacio para presentar un análisis serio, realizado por más de 100 expertos durante 10 meses, sobre este departamento. Cundinamarca ha crecido, pero no se ha desarrollado. Desde hace 15 años se duplicó el PIB, la pobreza bajo del 50 a menos del 20 por ciento, la tasa desempleo bajo de 14 a 8 por ciento y el ingreso per cápita se duplicó. Si bien es cierto que este crecimiento no ha sido suficiente, lo más grave es que no se ha desarrollado, entendiendo este como progreso, acompañado de equidad y felicidad. Las causas, hemos convertidos nuestras dos principales fortalezas en debilidades.

Territorio: este departamento con diversidad de climas, alturas, paisajes, identidades culturales, rico en agua, fértil, hoy, presenta todo tipo de conflictos en el uso del suelo, falta de planeación del crecimiento y organización de territorio, improvisación en la ejecución, urbanización caótica, irrespeto contra el medioambiente. En invierno se inunda y en verano se queman las cosechas, con unos niveles de riesgo muy altos y condenados a la falta de competitividad y atraso.

Población: el tejido social está destruido, uno de cada cinco niñas está embarazada (55 por ciento de los embarazos son no deseado), la violencia contra la mujer es del 43 por ciento. El índice de muertes evitables, incesto, violaciones, microtráfico, pandillismo y, en general, los indicadores sociales se han mantenido mal o se han deteriorado en los últimos años.

En virtud de lo anterior hay que volver a pensar el territorio, organizarlo, planearlo, visualizarlo, respetar el medioambiente, poner reglas y hacerlas cumplir. Por otro lado, es imperante reconstruir el tejido social mediante la generación de oportunidades y la recuperación de los valores familiares básicos, interviniendo profundamente la educación.

Para crear oportunidades reales hay que tener claro que lo más importante no es el qué, sino el cómo y el porqué. El qué corresponde al ABC, lo que hay que hacer en cada sector y es la parte fácil. El cómo es lo que realmente importa, y por eso es tan necesario buscar gente que represente nuevos liderazgos y formas de hacer las cosas, en las que la comunidad este en el centro de la estrategia, y el interés general prime sobre el particular, con énfasis en la calidad de las decisiones. Y, el último, el porqué, es ese interés secreto que tienen las personas para hacer las cosas. Debemos tener líderes cuyo móvil sea auténtico, altruista, probado, y no oportunistas de paso que buscan en la política la plataforma para sus intereses personales.

El estudio realizado nos presenta que se deben trabajar en cuatro frentes de *manera contundente:

* Reconstrucción del tejido social: seguridad, felicidad, salud, población vulnerable, vida con sentido, rescatar los valores básicos, y el medioambiente.

* Infraestructura: empleo, competitividad, agricultura, seguridad. Hay que organizar el crecimiento alrededor de las vías y las fortalezas locales.

* Trabajo en comunidad: integración con Bogotá, principio de corresponsabilidad, nuevos liderazgos, la gente en el centro de la estrategia, descentralización.

* Repensar el largo plazo: énfasis en la educación, estimular pensamiento creativo, crítico y perceptivo, métodos alternativos, planear nuevamente el territorio, ajustes de fondo a la competitividad.

Lo anterior, considerando cuatro ejes transversales: ciencia, tecnología y innovación; articulación e integración; tendencias mundiales, y el ‘pazconflicto’ (no posconflicto).

Son muchos los retos: en salud es urgente humanizar el proceso, enfocarnos en la prevención, incrementar la calidad y la capacidad resolutiva, usar métodos alternativos. En educación hay que recuperar a los docentes como el ejército del ‘pazconflicto’ y líderes de pensamiento provincial, usando la virtualización, métodos alternativos, más horas, más intensidad, armonizados con Colombia, la más educada para el 2025. Así se logrará pertinencia, felicidad, paz, bilingüismo, emprendimiento y desarrollar diversos tipos de pensamiento.

El Índice de Competitividad Mundial 2015, elaborado por Institute for Management Development, muestra a Colombia en el puesto 51 de 61, y considerando que Cundinamarca ocupa el 6 puesto del país, nos deja en una mala situación. Se debe entender a Bogotá como solución de Cundinamarca y viceversa.

Nuestros campesinos están quebrados, endeudados, desmotivados y tristes. La participación en el PIB hace 10 años era del 22 por ciento, hoy es del 13 por ciento, con más del 90 por ciento del suelo verde. Tres de cada cuatro pobres está en el campo con una preocupante matriz de riesgos en todas las cadenas. Es necesario ordenar la casa con una planeación ambiental, minero- energética y productiva, y focalizar las cadenas e industrializar. Si queremos una Cundinamarca desarrollada, podemos lograrlo mediante la identificación de nuevos liderazgos.

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