El Rey de Roy… ¿Y de Petro?
Rey ganó, gracias a Cruz, el capital político y clientelar suficiente para tomar la gobernación en 2016.
Jorge Emilio ha sido un personaje controversial y cuestionado cuya meteórica carrera política ha sido salpicada por diferentes hechos de clientelismo, presunta corrupción y una deficiente gestión que a continuación describiré. Fino exponente del continuismo neoliberal y clientelar representado en Cundinamarca por personas como Pablo Ardila, Andrés González, Álvaro Cruz y Nicolás García durante los últimos 20 años. Todos de comprobada estirpe uribosantista y vargaslleristas. Como veremos a continuación, Rey es continuismo puro y duro.
De su paso por la Alcaldía de Funza (2007-2011) le quedaron serios cuestionamientos y señalamientos por su presunta responsabilidad en un caso de “…no cobro de plusvalía para favorecer a un particular”, denunciado por periodistas como Daniel Coronell y Yohir Akerman, y por ser mencionado por José Alberto Salas -Director de Anticorrupción de la Fiscalía- en una investigación remitida a la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, por presuntas irregularidades en Planes de Ordenamiento Territorial y volteo de tierras durante su alcaldía. Proceso del que no se supo más.
Cuestionamientos reforzados por la cercanía con su subalterno y sucesor en la alcaldía de Funza, Jorge Enrique Machuca, quien también sería salpicado en un caso de presunto “volteo de tierras”. Vinculaciones que se afianzan cuando Rey, en calidad de gobernador, nombró a Machuca en 2017 como gerente de la Empresa de Licores de Cundinamarca.
De su labor como gerente del Instituto Departamental de Acción Comunal de Cundinamarca -IDACO- (2012) quedó lo que se convertiría en su gran capital político. Ya que allí fue donde construyó su maquinaria y amasó su fortín electoral al dirigir una oficina que, aunque discreta, fue repotenciada financieramente por el gobernador Álvaro Cruz con un presupuesto cercano a los 5.200 millones pesos. Capital con el que Rey convertiría a las Juntas de Acción Comunal (JAC), según La Silla Vacía: “… en su maquinaria política, entregándoles computadores, impresoras y carpas, además de dejarlas contratar directamente con recursos del Instituto.” Lo anterior evidencia como Rey ganó, gracias a Cruz, el capital político y clientelar suficiente para tomar la gobernación en 2016.
Su gobernación (2016-2019) no estuvo exenta de cuestionamientos y escándalos por presuntas irregularidades. En esta ocasión por el proceso de adjudicación de una millonaria licitación para suministrar alimentos a niños y niñas de Cundinamarca en el marco del Plan de Alimentación Escolar (PAE), denunciado por Yohir Akerman, El Tiempo y LaSillaVacía. Estos informes reseñaron cómo la Fundación Vive Colombia no cumplía con los requisitos para la adjudicación y a pesar de ello, no solo se le contrató, sino que le fueron concedidas sendas prórrogas al contrato.
Fundación a la que la gobernación de Rey le daría seis contratos por más de 47 000 millones de pesos, de los cuales tres fueron adjudicados a dedo por contratación directa y con la agravante de que esta era una empresa que acababa de ser inhabilitada en 2011 para ejecutar contratos de alimentación escolar por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), posteriormente se destacará por el decomiso que el Invima le haría en 2018 a tres toneladas de carne no apta para el consumo humano y que iban a ser distribuidos a niños y niñas de varios colegios en el departamento.
Empresa señalada también por la Secretaría de Transparencia de la Presidencia en 2018 como parte de un presunto cartel de la contratación en la alimentación escolar.
En cuanto a su gestión, en particular en movilidad y transporte, se destacó por promover, un modelo de transporte que aún no se ha puesto en marcha: el Regiotram de Occidente, su proyecto bandera.
Proyecto que no logró terminar y que, a juicio del experto en ingeniería y trenes del King ‘s College de Londres Laurentino Quiroga, no resolvía las necesidades de movilidad regional y la descongestión de la salida y entrada de Bogotá por la calle 13.
A juicio de Quiroga, con quien coincido, en vez de revivir el tren y crear un sistema ferroviario eléctrico con mayor capacidad, velocidad y comodidad que moviera gente y carga, Rey decidió embarcar al departamento -al mejor estilo de Enrique Peñalosa-, en un pequeño tranvía -un bus eléctrico sobre rieles-. Juguete costoso que a juicio de Quiroga estaba sustentado sobre unos costos muy por encima del estándar internacional con el que, además, el gobernador podría incurrir en detrimento patrimonial.
En materia de agua y saneamiento básico el balance no fue el mejor. A pesar de que el Plan Departamental de Aguas de Cundinamarca fue aprobado en 2008, la cobertura promedio del servicio de acueducto a 2019 era, según la Contraloría Departamental, tan solo del 79% (94% en el sector urbano y 63% en la zona rural).
En materia de permanencia del servicio, según esta misma entidad de control, se evidenciaba que de 713 prestadores que reportaron información, el 80% prestaban el servicio de manera continua en lapsos de 24 y 18 horas/día y el 20% de ellas en periodos entre 18 y 0 horas/día. Dentro de este último grupo, alarma que en pleno siglo XXI haya 67 empresas que reporten una continuidad tan baja que oscila entre 10 y 0 horas/días. ¡Gravísimo!
En cuanto al sector salud el balance fue muy negativo. Para 2019, fecha en que Rey terminó su mandato como gobernador, el 51% de los hospitales públicos presentaban algún nivel de riesgo o se encontraban en plan de saneamiento, tal como lo evidenciara el Informe sectorial de la salud en Cundinamarca (2016-2019) de la Contraloría Departamental y como lo denuncié en un artículo en 2020.
Es así como a 2019 había ocho E.S.E en “alto riesgo”, seis en “riesgo medio” de desfinanciación o quiebra y trece más estaban en “planes de saneamiento fiscal y financiero”.
Ni qué decir de la E.P.S. Convida —víctima de malos manejos, clientelismo y presuntos casos de corrupción, hoy en proceso de liquidación—, y que según informes entregados por la Revisoría fiscal de 2016 y 2017, ya evidenciaba un “alto riesgo de inviabilidad financiera (…) y la falta de cumplimiento de las condiciones financieras y de solvencia establecidas en el Decreto 2702 /2014”.
En una clara movida continuista, el pasado 21 de febrero el congresista Roy Barreras y su nuevo partido La Fuerza de la Paz, integrantes de la Coalición de Gobierno denominada #PactoHistórico, anunció su apoyo a Jorge Rey en #Cundinamarca.
Ante esta jugadita, la tarea es clara. Quienes de verdad estamos por el progreso de Cundinamarca, debemos evitar que Jorge Emilio Rey se reelija ahora a nombre del “cambio”.
Es obvia la preferencia de Roy por Rey, ya que comparten esa estirpe continuista, neoliberal y clientelar, pero queda la duda sobre si Gustavo Petro abrazará también esta candidatura -dando con este nacimiento al #ReyRoyPetrismo-. Amanecerá y veremos.
Lo cierto es que las fuerzas políticas democráticas debemos unificar esfuerzos alrededor de una candidatura genuinamente alternativa a la Gobernación y unas candidaturas probas a Asamblea Departamental, alcaldías, concejos y edilatos que le disputen el poder al Rey de la comarca y derrotar con estas el continuismo que hoy tiene sumido al departamento en la ruina económica y la corrupción imperante.