Menos populismo y más democracia
Chía necesita un alcalde que pueda darle la cara a la sociedad y mostrar una hoja de vida intachable con méritos propios.
Es imposible creer que un municipio con más de 100.000 habitantes siga en los mismos discursos perpetuados por más de 30 años. Candidatos que prometen terminar las obras que iniciaron en sus respectivos periodos, sin que las mismas se hayan podido terminar por sobre costos exorbitantes y pésima planeación.
Otros llegan con promesas de seguridad y dudosos métodos. No faltan los que a costa del ya vetusto plan de ordenamiento territorial (acuerdo 17 de 2000) llenaron el municipio de conjuntos residenciales y ahora de edificios, hoy el gran dolor de cabeza municipal.
Todo debido a que confundieron el concepto de planeación, con feria de licencias urbanísticas, sin pensar en la necesidad de actualizar y modernizar las ya envejecidas redes de agua, alcantarillado y luz, la cuales en la actualidad se encuentran obsoletas en todo sentido.
Por otro lado, tenemos un abanico de candidatos que creen que por haber ostentado un cargo público como concejales o secretarios del despacho son los más competentes para ejercer la primera magistratura del municipio.
Sin olvidar que, en su momento, fueron estos funcionarios quienes hicieron parte de la aplanadora del 15 a 0 que probo el acuerdo 100 de 2016. El que promulgo el muy discutido plan de ordenamiento territorial y que en la actualidad se encuentra demandado ante la jurisdicción de lo contencioso-administrativo.
Sus múltiples falencias no solo en lo procedimental se extiende a toda la parte técnica y de formulación de la hoja de ruta para un municipio del tamaño de Chía. Pero de este adefesio no se salvan los exsecretarios, ya que con la impronta de su rúbrica secundaron esos micos
No, señores y señoras, Chía necesita un alcalde que pueda darle la cara a la sociedad y mostrar una hoja de vida intachable, con méritos propios y no, con el carrusel de favores con los que se ha manejado la función pública en este municipio.
Un hombre o mujer que no cuente con escándalos de dudoso proceder, ni traiga el nefasto discurso del muchacho de origen humilde, que con esfuerzo, pero sin mayor preparación y experiencia, llega a disputar la alcaldía, básicamente para cambiar del cielo a la tierra la situación económica de él y su familia.
Pensemos en una persona con visión empresarial, que entienda que el dinero del municipio no es suyo y que se debe respetar. Se necesitan candidatos con proyectos estructurados, sin sobre costos, ni lucha de clases. Es hora de trabajar con entereza porque la ciudad de la Luna crezca de manera ordenada y que no pase que por falta un POT actualizado, Chía sea devorada por las ambiciones de Camacol y su séquito a través de la tan sonada Región Metropolitana.