El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), hizo público el informe del mes de agosto que expone problemáticas de migración y las consecuencias que los infantes sufren en el transcurso.

 

 La directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Maria Cristina Perceval, asegura que los niños que son enviados a sus países de origen (deportados), muchas veces no tienen un hogar al que regresar, terminan endeudados o son blanco de pandillas, lo que conlleva a que, probablemente, migren nuevamente.

“Por ejemplo, tal como nos contaba una niña en el Salvador, allí presumen que muchas de esas niñas, (y no se equivocan), han sido víctimas del tráfico y la trata de personas, que han sufrido violencia sexual, entonces tienen que encontrarse con una situación de discriminación, rechazo y estigma en las mismas comunidades de las que habían salido”, resalta Perceval.

Según estadísticas de la ONU entre enero y junio de 2018 más de 96 mil migrantes, entre ellos 24.198 mujeres y niños, fueron deportados desde Estados Unidos y México a su país natal.

Desde octubre del año pasado a junio de 2018 más de 286 mil migrantes fueron retenidos en la frontera sur de Estados Unidos, entre ellos más de 37 mil niños no acompañados y más de 68 mil familias. En cuanto a México, 60.000 niños migrantes fueron detenidos entre 2016 y 2017, según datos de la Organización de las Naciones Unidas.

El informe también recalca que los niños y familias se enfrentan a la estigmatización dentro de la comunidad por sus intentos fallidos de llegar a México o a Estados Unidos, lo que dificulta la reincorporación de los niños a la escuela y la de los adultos al trabajo.