Las Araucarias a las que los transeúntes que visitan el Parque Principal de Chía están tan acostumbrados  serán algo del pasado; según el informe de análisis fitopatológico Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres presentado por la Secretaría de Medio Ambiente de la Alcaldía Municipal de Chía, estos inmensos árboles representan un riesgo para la comunidad debido a que se ha observado la caída y rotura de sus ramas, además estas especies vegetales presentan una inclinación que ha encendido las alarmas de las autoridades ambientales; muchas personas que visitan el parque deciden cobijarse del sol matutino bajo las ramas de estos gigantes verdes.

“Antiguos residentes”

Las araucarias han estado presentes en el parque desde hace 85 años. Ubicadas en el costado norte del parque Santander, estas especies vegetales alcanzan una altura que está entre los 39 y 42 metros. Este género llego proveniente de la isla Norfolk en Australia.

Según Carlos Eduardo Ángel, director de la Dirección del Ambiente y Desarrollo Agropecuario de Chía (D.A.D.A), la avanzada edad de estos árboles permite establecer que ya han entrado en la postrimería de sus días, lo que obliga a tomar medidas pertinentes antes de que una tormenta o vientos demasiado fuertes los derriben y provoquen algún accidente.

Permiso para talar

Los árboles están en un espacio público; de acuerdo con las disposiciones de la Corporación Autónoma Regional-CAR, la gestión debe ser adelantada por la Oficina de Planeación de la Alcaldía de Chía ya que la seguridad de las personas prima sobre la especie vegetal en cuestión.

Se tiene pensado realizar una ceremonia en plaza pública con la comunidad para oficializar el retiro de los árboles; no hay fecha programada pero el objetivo es hacerlo lo más pronto posible. El comandante de Bomberos de Chía, capitán Jairo Garzón, quien también hace parte del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Desastre declaró que es importante que la comunidad respete las barreras de protección que se han instalado; por su seguridad las personas no deben pasar cerca de los árboles y mucho menos sentarse bajo sus ramas, añadió Garzón.