Chía: un municipio al garete y sin planeación
El inepto y torpe Varela entrega a Chía después de cuatro largos años de despilfarro con muchos problemas que no estaban al principio de su mandato, nada de lo importante se solucionó pero en cambio si permitió que los urbanizadores siguieran en la francachela y comilona que llevan desde hace más de 20 años.
Inició su periodo comprando una lujosa camioneta negra con cargo a nuestros impuestos, mostrando como sería su estilo oscuro y derrochador, típico gesto del arribista politiquero. Acto seguido designó al sub júdice y condenado, Santiago Echandía, por tercera vez en planeación, cuota de Galvis Galvis desde la clandestinidad; así mismo impuso a su hermano Héctor en la dirección de los comunales a pesar de una grave sanción existente de la procuraduria; pero es que el nepotismo los deleita.
Contrató con la firma Ingetec por más de dos mil millones, un estudio para la ampliación de la avenida Pradilla, cuyo destino fue comida de polillas, mientras la congestión vehicular se hace insoportable para entrar y salir de Chía por ldicha ruta, que a pesar de la necesidad de ampliación a seis carriles ningún alcalde bachiller ha querido llevar a cabo la obra.
Sin criterio ni prioridad y como si fuera plata de su bolsillo Varela compró la casona de Santa Rita por más de siete mil millones de pesos, no se sabe cuanto fue la comision pero la utilidad de esos recursos en esa propiedad es cuestionable ante tantos problemas del municipio de Chía.
Presentó al concejo municipal un endeudamiento por 19 mil millones a pesar que nos dobló el avalúo catastral y a que existían más de 20 mil millones de vigencias anteriores, pero como todos los alcaldes derrochadores y corruptos hacen, había que endeudar el último año de su gestión al pueblo.
La lista de temas sin resolver es la misma de hace 20 años: no se solucionó el problema ambiental, ni el de salud pública de los olores fétidos de la laguna de oxidación. La construcción de un hospital de cuarto nivel y el mejoramiento de la calidad de la atención de la salud, no le pareció importante. El traslado del terminal de transporte, el matadero y la plaza de mercado tampoco fueron sus objetivos.
Entonces es válido cuestionar: ¿en qué se gastaron más de 400 mil millones de pesos del presupuesto?, en burocracia y gastos generales, que hoy llegan a 30 mil millones con incremento de mil por ciento versus la inflación del 2014, contratos para pequeñas obras en busca de votos, pero en algo importante, nada. Chía sigue al garete sin planeación ni rumbo y en crisis total.
Los problemas de inseguridad, de invasión del espacio público y los grafiteros están fuera de control. Pero como trajo secretarios de Tausa Tocancipa y Cajicá que no conocen Chía y no les importa cuál será el destino del pueblo pues ahí estan los resultados.
Los ciudadanos debemos combatir la desbordada corrupción, la desmedida ambición personal y el cinismo de los alcaldes, que han acabado con el bienestar y la calidad de vida de Chía. No olvidemos los anuncios de la abortada Avenida de los Cerros, que patrocinó Varela para favorecer interéses de los urbanizadores, sin considerar los efectos nocivos que generaría una obra de esas magnitudes, las cuentas simplemente en El Saucedal no cuadran; dejando en claro que no importa tugurizar a Chía y amontonar familias de escasos recursos, lo que importa es el lucro excesivo y la mordida inapelable.
Este modelo de la política colombiana está en crisis debido a la corrupción y la ineptitud de los mandatarios elegidos, pero también por la complicidad del elector que no quiere aceptar que están siendo engañados por las promesas de los mismos politiqueros. Los ciudadanos no toman conciencia y no ven que nada se ha solucionado y que el pueblo está cada vez peor. O será que todos somos ciegos y los politiqueros si han hecho grandes transformaciónes.
Sin embargo, les deseo a todos los habitantes de Chía un feliz año 2016 y mucha prosperidad.
