Quebrada de Tiquiza, la agonía inmisericorde del agua

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La comunidad de Chía lanza ¡Un alarido!, de auxilio para el mundo, con el fin de proteger de la depredación urbana y el gobierno sordo, su quebrada.

Deteriorados tramos de la quebrada de Tiquiza
Chía | Redacción EPDC | Medioambiente |

El  hilo de agua fantasmagórico que hoy corre por la quebrada de Tiquiza, también grita y cuenta como pretenden ahogarla, sepultarla y aniquilarla sin piedad alguna. Todo gracias a la avaricia y a las jugadas non, sanctas de aquellos funcionarios que permitieron la legalización del ilegal volteo de tierras, la captación del agua, la desaparición de fragmentos de ronda, de fumigaciones con glifosato; rellenos contaminantes, ganadería, vertimientos de aguas negras… y lo que su imaginación sugiera.

Ana Milena Echeverry

Pero para entender este oscuro panorama es necesario hablar con Ana Milena Echeverry. Veterinaria de la universidad Nacional y médica ambiental, dedicada a la divulgación y formación ambiental, tiene años de estudio y de conocimiento de esta quebrada. Y tajantemente declara, “todos los cuerpos de agua de Chía están amenazados debido a la nefasta intervención antrópica y a los intereses políticos”. 

El diálogo, entre la administración municipal, los ambientalistas y las comunidades afectadas, ha sido difícil de entablar, debido a la cantidad y variedad de intereses involucrados como ha sucedido con el humedal de los Andes, Samaria y la Chucua de Fagua, entre otros.

Y a esta realidad, se suma la actitud simplista de muchos lugareños para quienes las quebradas, chucuas y otros cuerpos de agua simplemente desaparecen y ya. Es así como para los habitantes de la vereda de Tiquiza, hace 50 años la quebrada que reinó en la zona, fue por muchos años, acueducto municipal y luego un lugar de recreación donde las familias iban a darse un chapuzón con “pícnic” de olla y mascota; hoy en día para la mayoría  es un hilo de agua que misteriosamente aparece y desaparece.

Al respecto Echeverry afirma: “lo que yo he podido aprender es que un cuerpo de agua  tiene la posibilidad de ser restaurado, la naturaleza es muy agradecida. Recuerdo el caso de  la quebrada Colón de Gachancipá a la cual  intervenimos en un trabajo serio y disciplinado hasta recuperarla. Eso lo expusimos en la mesa ambiental de Chía, pero las autoridades del municipio no muestran interés alguno”.

La quebrada Tiquiza y la sentencia del río Bogotá

De acuerdo, con la ambientalista la quebrada de Tiquiza, está atada a la sentencia del río Bogotá, pues con la chucua de Fagua, son los dos únicos afluentes del río Frío y este a su vez afluente del río Bogotá. De esta manera su recuperación es obligada… sin embargo, el área destinada como reserva forestal y natural del municipio no alcanza a cubrir la totalidad de la ronda ni a su madre vieja. Es decir el antiguo meandro que el río abandonó y que con el tiempo, si lo dejan, puede llegar a convertirse en otro cuerpo de agua independiente.

De ahí que se tenga  proyectado el desarrollo urbanístico Altagracia, terreno sobre buena parte del cual pasa la quebrada y para poder hacerlo se han realizado rellenos para  secarla definitivamente y construir las vías del conjunto residencial, declara la ambientalista.

La quebrada de Tiquiza, parte de la estructura ecológica de Chía 

Además, agrega la profesional, la quebrada de Tiquiza aparece en los mapas emitidos por la Dirección de Ambiente y Desarrollo Ecológico del año 2014, como parte de la estructura ecológica ambiental, en su opinión, una razón adicional más, para su recuperación y protección.

Que ruede el video

Para dar a conocer la problemática a fondo, sobre todo para aquellas personas que llegan de Bogotá y no conocen el territorio al que llegaron.  Ana Milena nos lleva por un recorrido virtual  de 40 minutos donde nos devela la historia de depredación, atentados y agonía de este milenario tesoro hídrico que ha marcado la historia de Chía como patrimonio cultural, ancestral y ecológico.

Haga clic aquí, para abrir el video en un recorrido por el crítico estado de la quebrada de Tiquiza, junto a la ambientalista Ana Milena Echeverry

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1 comentario

  1. Aldo 17 marzo, 2022 at 11:21 Responder

    En nuestras regiones lo que falta es autoridad. Cuantos millones de pesos y de dólares de donaciones internacionales recibe la famosa CAR, Que fueron nominados como la autoridad ambiental y que en contraprestación no hacen nada porque muy posiblemente su politización los llevó a la podredumbre administrativa, incapaz de hacer nada por la comunidad. No hay educación a los vecinos y cárcel para los infractores, todo son paños de agua tibia y mediocridad

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