Caminos Conectando Sueños: no al asistencialismo

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Dos jóvenes vecinas de Chía que se conocieron estudiando en la Universidad de la Sabana, se han convertido en dos destacadas líderes y emprendedoras sociales.

Cierre de mentorías con 9 “mentees”, graduados en la Fundación
Caminos Conectando Sueños
Cundinamarca | Redacción EPDC | Emprendimiento |

Laura Duarte Peláez y María Paula Neira se hicieron amigas mientras compartían su experiencia académica estudiando Economía y Finanzas Internacionales en la Universidad de La Sabana. Desde aquel entonces decidieron que sus conocimientos los aplicarían para abrirle camino a jóvenes vulnerables de barrios marginados con el fin de romper ese círculo de pobreza que heredan y aprenden de sus padres.

De esta manera, durante varios años trabajaron con fundaciones del barrio Santa Fe, pero al recorrer durante casi cinco años sus calles entendieron que para jalar a esta población de la pobreza no eran suficientes los programas asistencialistas, porque acostumbran a los jóvenes a recibir ayudas esporádicas sin proyección, ni sentido de vida.

Una decisión con mucha entereza

En el convencimiento de que el asistencialismo no soluciona en algo la problemática, en 2018, estas dos mujeres crearon la fundación Caminos Conectando Sueños y así, con todo el bagaje de lo aprendido, deciden orientar sus esfuerzos hacia los adolescentes. Eso sí, como comenta Laura, hay que tener mucha entereza para hacerlo y además tener muy claro el camino, pues, es muy fácil desistir.  

Laura Duarte Peláez

Generalmente, todas las fundaciones prefieren dedicarse a los infantes, pero, como lo indica María Paula, en el fondo de cada adolescente hay un niño que necesita guía, y así, comienzan a trabajar con jóvenes entre los 13 y los 17 años de las localidades de Cazucá, Soacha y del barrio Santa Fe.

El proyecto sigue madurando y hacia el 2020 se crece con el programa Mentorías, con el fin de hacer seguimiento a lo que los jóvenes quieren desarrollar porque, de acuerdo con Laura, si no es así, realmente no se está haciendo mucho, ni se ven los frutos.

De esta manera, a través de este programa, el mentor o voluntario, trabaja con “un mentee”, es decir, con uno de los jóvenes que hace parte del proyecto, con el fin de facilitarles herramientas que les permitan construir un proyecto de vida diferente al que su entorno les ofrece.

El programa consta de dos módulos con una duración de 15 meses. El primero se  enfoca en habilidades blandas, hábitos y descubrimiento de habilidades, una vez culminado, el segundo módulo desarrolla dichas habilidades con acompañamiento académico y vocacional.

María Paula Neira

En sesiones de una a dos horas semanales, se trabaja el contenido del programa diseñado para reconocer las habilidades de los “mentees”, ponerlas en práctica y buscar posteriormente cursos y actividades que las potencialicen.

Los primeros nueve graduados

El año pasado se graduaron nueve jóvenes. Laura y María Paula afirman que es un proceso mágico, pues es la posibilidad de ver como jóvenes, comienzan a descubrir que también tienen habilidades y talentos. Pero, de común acuerdo, las socias fundadoras, coinciden en que lo más importante de todo este proceso, es el deseo de los “mentees” de retribuir lo que se les enseña.

También es claro resaltar que para acceder a algunas de las actividades que la Fundación organiza deben aportar un esfuerzo, por ejemplo, si hay una salida cada uno debe aportar algo de dinero, para ir eliminando de su imaginario el asistencialismo, pues en opinión de las socias y fundadoras esa acción no dignifica.

Taller de Emprendimiento

En cambio, sí lo hace el agradecimiento y la posibilidad de que una vez ubicados en la vida le den la mano a otros, para además, ir replicando el proceso.

Y para finalizar, una cena clandestina

Se trata de una cena llena de sorpresas, desde el sitio escogido hasta el menú. Este evento se organiza trimestralmente.  Pero, lo verdaderamente importante es que además de las donaciones que la Fundación recibe al pagar el derecho a una silla, lo  interesante es la posibilidad de ir creando comunidad que ayude a empujar los sueños de tantos jóvenes hasta hacerlo realidad para que puedan bailar, ser astronautas, doctoras, escritores… o sencillamente sonreírle a la vida.

¿Quieres apoyar este proyecto?
Puedes donar a través de Bancolombia cuenta de ahorros: 226-000005-29
FUNDACIÓN CAMINOS CONECTANDO SUEÑOS – NIT: 901216524

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