Parte 1: La casa de los Vega Rocha

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Detrás de un gran hombre, funcionario, servidor público o presidente hay una gran familia, si no, que lo diga Alexander Vega Rocha, el señor registrador. 

Registrador Nacional, Alexander Vega Rocha. Foto Politika.com
|Elecciones | Tomado de Cuestión Pública, por Diana Salinas | Registraduría |
  La pregunta no es cómo hizo para dar el salto de garrocha hasta caer en el cargo que hoy ostenta. La pregunta es retórica: ¿cómo no iba a llegar al cargo más importante de la entidad electoral teniendo como padre a Campo Elías Vega Goyeneche? 

Hace siete años al señor Vega Goyeneche le quedó en firme la condena por comprar votos a favor de la campaña de Wilson Ladino Vigoya, un aspirante a gobernador de Vaupés, que, en efecto, quedó elegido. Se trató de una jornada electoral extemporánea, celebrada el 25 de abril de 2004, que buscó incluir en el escrutinio a dos municipios: Carurú y Taraira. La historia está contada en la Revisión No. 45801 de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema. 

El padre del registrador cayó ante la justicia porque en el sistema de compra de votos él fungía como el pagador y de esto quedaron comprobantes como prueba. 

Vega Goyeneche fue candidato a la gobernación, según el documento de la Corte, pero, para ese momento, había declinado para aspirar a otros cargos. Por estar en otros menesteres no electorales, resultó ser la persona idónea para “adelantar y manejar política y financieramente la campaña”, en parte por ser oriundo de Carurú.

Así se pusieron de acuerdo Vega Goyeneche y el candidato-gobernador Wilson Ladino: este le ofreció dinero a personas de la campaña de su opositor José Leonidas Soto Muñoz a cambio de votos. De esta manera, Ladino Vigoya hacía unos vales en los que rezaba: “abril 24/04 Dr. Campos (sic) favor colaborarle a la portadora con $100.000”. Otros decían: “abril 24/04 Dr. Campos (sic) favor colaborarle a la señora con la cantidad que solicita”. 

Dio la casualidad que en diciembre de 2009 el papá del registrador fue absuelto por un juez promiscuo del circuito de Mitú, decisión que fue apelada por la Fiscalía. El Tribunal Superior de San Gil revocó el fallo y condenó al papá del registrador como cómplice del delito de corrupción del sufragante con la pena privativa de libertad de 22 meses y una multa equivalente a 54 salarios mínimos mensuales legales. 

Dicha condena fue a casación y el  17 de junio de 2015 la máxima instancia de la Corte Suprema inadmitió la demanda de revisión solicitada por el papá del registrador. 

Pero, en el ínterin, que corresponde a la primera condena del 2004 hasta el 2015, el cacique electoral y politiquero volvió a figurar como candidato a la Gobernación del Vaupés para las elecciones del 2007 por el Partido Liberal. 

Pataleó a través de todo recurso posible para que fuera revocada la condena. Uno de los argumentos fue aducir que no fue notificado y por tanto pedía la nulidad. En todos los documentos judiciales recabados le negaron este argumento. 

En simultáneo, Vega Goyeneche ha sido temerario con la justicia. Le figuran en la Rama Judicial cerca de 28 procesos en los que en su mayoría es el demandante. Casi en simultáneo con el proceso judicial que lo condenó por compra de votos, logró tumbar una curul con sus intervenciones en la justicia: 

Sentencia nº 50001-23-31-000-2005-20104-01 del Consejo de Estado.

También figura en una investigación de la Fiscalía 171 Seccional de Bogotá por estafa agravada, según el auto del Consejo de Estado: “(…) se profirió resolución de acusación en contra de Luís Ramiro Torres, Luis Florentino Guevara Peña y Campo Elías Vega Goyeneche por el delito de estafa agravada, decisión ejecutoriada el 28 de febrero de 2001”.

Al quedar absuelto por compra de votos, en diciembre del 2009, por un juez promiscuo de Mitú, Vega Goyeneche estuvo listo para ser, de nuevo, parte de unas elecciones; ya no como aspirante a gobernador del Vaupés, sino al Senado por la Alianza Social Afrocolombiana ASA. Algo similar al reciente caso de Miguel Polo Polo, aunque no contó con la misma suerte de ser elegido (aunque fuera tan solo por unos días); sacó 833 votos y quedó en el tercer renglón. 

La sangre politiquera que les corre a los Vega Rocha proviene —en mayor medida— de un linaje paterno. El tío del registrador, Heraclio Vega Goyeneche, fue gobernador en 1993 de Vaupés y por su actuación en el cargo fue condenado en última instancia por la Corte Suprema de Justicia por peculado por “aplicación oficial diferente” de treinta millones de pesos; es decir, por mal manejo del dinero público.

Hoy, el padre del registrador, además de ser alguien que demanda a cuanta persona puede, es el socio mayoritario y gerente del Grupo Jurídico Empresarial Martínez & Vega Asociados, firma que comparte con Luis Eduardo Martínez Gutiérrez, quien, a su vez, está en Inversiones Crear Rama SA, una empresa que contrata en salud. 

En el 2014, su hijo, el señor registrador, le cedió sus cuotas. La firma registró cien millones de pesos como patrimonio neto recién comenzó, ahora tiene $2.382.739. Contrata con el Estado, al menos le encontré un contrato por 24 millones de pesos en el 2017 con la Universidad Popular del Cesar, Valledupar. 

La familia no se reduce al padre ni al tío. El hermano, Campo Elías Vega Rocha también tiene una carrera portentosa en lo público. Es subdirector técnico de la Agencia Nacional de Tierras, según información del Sigep. En el 2018 fue director de la Oficina de Control Interno (OCI) de la Auditoría General de la República; también fue gerente seccional de esa entidad. Según su propia hoja de vida, ha sido contratista de la firma de su hermano, ahora cedida al padre, Martínez & Vega. Empezó la carrera en la Supersalud y de ahí pasó al despacho de la Alcaldía de Chía. 

Alexander Vega saltó del Consejo Nacional Electoral a aspirante del cargo de la Registraduría y por una carambola lobista, el preferido Carlos Camargo salió de la ecuación y le dio el reinado a los Vega Rocha, al hijo de Campo Elías Vega Goyeneche. La pinta del tigre que al fin llegó a donde su padre nunca pudo ni imaginó llegar.

Es que… Detrás de un gran hombre, funcionario, servidor público o presidente hay una gran familia, si no, que lo diga Alexander Vega Rocha, el señor registrador.

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