LA CONFUSIÓN ES MUNDIAL, PERO NADIE ORIENTA AL MUNDO
El mundo ya no soporta la polarización en ningún campo de la relación entre humanos.
Así es, no porque sea inevitable, sino porque los inversionistas y grandes industriales nacionales creen que deben aceptan esta situación a condición de que en esas superpotencias, en especial los Estados Unidos, haya oportunidades para colocar los productos de sus empresas, sin importar que consecuencias tenga ese sometimiento sobre otros renglones o campos de inversión en el territorio nacional.
Si observamos los acontecimientos en los campos de la política y la economía veremos que el entrelazamiento entre estas áreas incluida la cultura, ha generado una hipersensibilidad que causa grandes trastornos cada vez que un importante suceso negativo se presenta en cualquier país de esta gran red mundial.
De la misma manera que en cualquiera de los países en vías de desarrollo, el más leve inconveniente, en cualquiera de los sectores sociales, productivos o políticos causa inquietud y zozobra, tal cual sucede en el mundo.
En realidad, considero, que la época de la dominación está muriendo y en entre más pronto lo entiendan los dirigentes de las superpotencias y de los países sometidos, más pronto saldremos de la crisis mundial y de las crisis nacionales.
¿Por qué? Porque la superproducción mundial y el acelerado proceso de tecnificación de la misma y de la cotidianidad, ya no pueden darse en el marco de las viejas relaciones de producción existentes. Esta es la cuestión actual. El mundo ya no soporta la polarización en ningún campo de la relación entre humanos.
Y esto es verdad no solamente para quienes ocupan los cargos de dirección en Más claro: ninguna de las formas de control impositivo, ninguna forma de relacionamiento tendiente al sometimiento de otros, se trate de naciones como de personas o grupos sociales, tiene cabida en este mundo globalizado y en esta época. Gracias a la proliferación y eficacia de los medios de comunicación, con las redes sociales y dispositivos de la internet, que permite informarse a fondo y oportunamente de cualquier suceso en el mundo.
Cualquier campo de la interacción humana, incluyendo aquellos que quieren subvertirlas, es hoy diferente. No. es como antaño, cuando se sustituía una forma de dominación por otra, sino de construir relaciones de cooperación, respeto e integración bien sea entre los miembros de una sociedad nacional, como entre los miembros de la “comunidad internacional”. Es esta, considero, la línea a seguir en el campo internacional y nacional.
Creo que nuestro gobierno debería tener un Ministerio de Relaciones internacionales y un Ministerio de Gobierno que trabajaran en esta dirección, tanto en los organismos internacionales, como con los distintos gremios existentes en el territorio nacional. Lo que ha sucedido con la guerra en Ucrania, debería aleccionarnos al respecto. Igual debería suceder en relación a las dificultades actuales del gobierno colombiano.
Es necesario entender que la relación gobierno-gobernados está cambiando en el mundo y que gobernar hoy es una cuestión de tácticas y estrategias adecuadas a las condiciones reales. No a los sueños e ideales de los gobernantes. Todos sabemos cuál ha sido la tradición del Congreso nacional cuando de reformas de trata. Igual todos conocemos la tradición ética de la mayoría de lo miembros de esta institución.
¿Habrían de cambiar estas circunstancias simplemente porque se hizo un pacto político con parte de las fuerzas tradicionales? ¿Cuál era la estrategia para el caso de un cambio de dirección de estos maleables aliados? Ahora preguntamos, dada la correlación de fuerzas en el Congreso y su comportamiento ético y político, registrado en la historia de esta institución por muchos congresistas. ¿El gobierno estaba dispuesto o no a modificar sus propuestas para sacar adelante algunos de los puntos fundamentales? ¿Cuáles eran estos puntos? ¿Por qué, siendo este un gobierno de izquierda no explica claramente a la opinión pública que quería lograr, qué logró y en qué fracasó?
Para la izquierda la relación entre los intelectuales y la gente, entre los dirigentes y el resto de los miembros de la organización política, no puede ser una relación donde el intelectual sabe y el pueblo ignora. Por el contrario, es esta una relación de confrontación de saberes que debe enriquecer a unos y a otros.
Como decía Estanislao Zuleta, la ignorancia no es un vacío; es un llenado de algo distinto. Por eso el trabajo comunitario es tan difícil. Y por eso también Foucault, no habla del poder sino de las relaciones de poder. Porque se trata se eso: de quién orienta a quién, de quién modifica las conductas de quién y, puesto que se trata del destino próximo y remoto de los colombianos, el manejo de esta relación es mucho más complejo.
En realidad, se trata de tomar en consideración el hecho indiscutible de que nada permanece siempre igual, todo cambia y cambia a veces siguiendo procesos evolutivos y a veces mediante rompimientos que niegan totalmente lo viejo para dar oportunidad de desarrollo a lo nuevo.
Pero, igualmente, la cuestión es establecer estrategias adecuadas, congruentes con esta necesidad de cambio en función de las circunstancia y condiciones específicas para no ahogar el proceso mismo de transformación. Creo que Petro debería ya abandonar el triunfalismo basado en el resultado electoral, y enfrentar las condiciones del momento actual para trazar una estrategia que corresponda a esas condiciones.
El resultado electoral indica el estado de ánimo de los electores en ese momento. ¿Es ese estado de ánimo el mismo en el momento actual? Evidentemente no. Ahora hay rechazo, confusión, desánimo en los sectores populares y temor en las altas esferas de la economía colombiana. Combinación peligrosa.
Entonces las estrategias deberían ser el diálogo y la concertación. Hay que avanzar hacia la transformación social, más, sin embargo, esta transformación tiene muchas caras y hay que ir paso a paso generando cambios oportunos e inteligentes. No hay que acosar, ni poner a nadie contra la pared, porque no hay condiciones para tal comportamiento.
Hay un porcentaje muy alto de la sociedad colombiana pasando hambre en unos casos y, en otros alimentándose muy mal. Este es un problema fundamental que debe atenderse pronto y que exige inversión en el área de la producción para mejorar el empleo y esas condiciones de vida, realmente insoportables.
La inversión en obras que favorezcan a los campesinos y a los habitantes de los barrios populares, así como la construcción de vías tercerías y de puentes bien ubicados para favorecer el transporte de los productos del campo, igual que la dotación, adecuada a estos tiempos, de los hospitales y colegios regionales, son, sin duda, buenas estrategias.
SI se trabaja en este sentido no creo que nadie se oponga y la priorización de las obras se puede hacer concertadamente. Estas obras además producen más empleos y disminuirían el costo de los productos del agro. Hay que ayudar también a los alcaldes de las ciudades, en especial de las más pequeñas que funcionan como ruedas sueltas y sin los presupuestos suficientes.
En fin, se trata de una relación gano-ganas entre la sociedad y el gobierno, tal como la entiende Stephen Covey; y esto debe entenderlo también la oposición.