Estamos entrando a entornos laborales dónde el pensamiento crítico, el liderazgo, la comunicación efectiva y la colaboración, serán las fortalezas del empleado del futuro.

Podríamos afirmar que el día en que al hombre y la mujer les tocó, por designio divino, ganarse el  pan con el sudor de la frente, ese debería haber sido el reconocido como el día universal del trabajo, pero el evento se refundió en las páginas de los textos sagrados.  

La historia continuó su marcha dictada por los diferentes modelos políticos y económicos, los cuales favorecían en gran medida la explotación inmisericorde de los trabajadores, hasta que el Primero de Mayo de 1886, un grupo de obreros de la fábrica McCormick, conocidos como los mártires de Chicago, se tomaron las calles de la ciudad para exigir mejores condiciones laborales. 

Así, después de que la jornada dejara cientos de víctimas, la historia tomó esta fecha para celebrar el día internacional de los trabajadores o del trabajo. Más adelante, en junio de 2022, la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) decidió incluir «un entorno de trabajo seguro y saludable», en el marco de principios y derechos fundamentales que en esta materia regla la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Del ruido de motores al silencio de las Nuevas Tecnologías (NT)
En medio de este contexto, hasta bien entrado el siglo XX las fábricas iban  a toda marcha, hasta  que los recursos de las nuevas tecnologías silenciaron los motores diesel y dieron paso a nuevas tendencias en el mundo del trabajo, las mismas que marcan hoy, a pasos agigantados nuevas prácticas, legislación y formas de interactuar con el otro. Veamos algunas de ellas:

Competencias digitales avanzadas. Big Data, inteligencia artificial, robótica, entre otras, tendrán un impacto muy alto en el empleo del futuro ante la necesidad de contar con expertos que gestionen, controlen y actualicen todo aquello que tenga que ver con las mismas.

Aumento del trabajo remoto. La consolidación de las nuevas tecnologías permite trabajar en lugares distintos a la oficina. La movilidad mejora la conciliación, potencia la concentración, la creatividad y optimiza la gestión del tiempo. 

La diversidad de género: Los aspectos de género y la discriminación laboral continuarán disminuyendo.

Trabajo en equipo y coworking. Por otra parte, los ecosistemas de colaboración profesional (coworking) y los espacios multiproyectos serán lo habitual, ya que permitirán el aumento de la flexibilización laboral y fomentarán la productividad y creatividad.

El sector público, el gran afectado:  Para el sector público, uno de los mayores y más antiguos empleadores, el panorama se modifica de manera apreciable, para puestos permanentes. La tendencia al uso de asignaciones temporales y contrataciones por honorarios, aumenta a medida que los empresarios se mueven hacia la contratación de proveedores externos para satisfacer las necesidades inmediatas.

La nueva legislación
En este orden de ideas y sumando todas las nuevas tendencias, la ley 1221 de 2008 reguló el Teletrabajo en Colombia, al sentar las bases de este como una modalidad laboral permanente, que se soporta en el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones -TIC-. 

Posteriormente, la Ley 2088 de 2021, reguló el trabajo en casa, en parte para hacer frente a situaciones críticas como la pandemia del Covid-19. 

Por su parte, bajo la ley 2191 de 2022 tanto trabajadores como empleadores en nuestro país, podrán acudir a la modalidad de trabajo en casa por una vigencia de hasta tres meses, prorrogables por otro periodo igual o hasta que desaparezcan las circunstancias que ocasionaron la excepción.

Dicha ley también ampara la desconexión laboral, es decir, el derecho que tienen todos los trabajadores a no tener contacto, por cualquier medio o herramienta, bien sea tecnológica o no, para cuestiones relacionadas con su ámbito o actividad laboral, en horarios por fuera de la jornada de trabajo y en sus vacaciones o descansos.

Las nuevas modalidades 

Trabajo en casa: Modalidad descrita por tres meses, debido a una coyuntura especial que no permita el desarrollo de las actividades en el lugar de trabajo físico, por ejemplo la pandemia del covid-19.

Teletrabajo: Esta modalidad debe estar firmado virtual o físicamente de forma voluntaria por ambas partes. El trabajador puede laborar desde su casa, en un espacio de coworking o desde donde desee y exista conectividad. 

Trabajo remoto o híbrido: Modalidad definida por un acuerdo firmado digitalmente exclusivo para personas que residan en Colombia, mediante el cual los trabajadores van determinados días de la semana presencialmente y otros trabajan remotamente. 

¿Y el  papel de los sindicatos dónde queda?

¿Después de este panorama se puede hablar de sindicalismo?  Algunos estudiosos del tema, consideran que Colombia es un país de sindicatos, más no de sindicalistas.

El Sistema de Información Laboral y Sindical, Sislab, registra que el país contaba, antes de la aparición de la covid-19, con cerca de 6.000 sindicatos, aunque el porcentaje de afiliación es apenas del 4 % de la población; mientras que países como Chile, México y Venezuela llegan al 12 %, y Argentina supera el 35 %, según datos de la OIT.

Lo cierto, es que los sindicatos hoy en día no tienen la fuerza y la popularidad que tuvieron en el pasado, en parte porque el estado ha debilitado su materia prima al permitir la tercerización laboral. 

Pero, sí, en el peor de los casos,  los sindicatos fallecen debe surgir un colectivo que recoja las inconformidades de los trabajadores, porque si bien es cierto que la primera manifestación por condiciones más justas se hizo hace más de dos siglos y se han logrado cambios favorables, muchas de esas exigencias siguen vigentes.