Grave estocada del gobierno local a la actividad cultural de Chía

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Cuando el Concejo de Chía aprobó modificar las fechas de realización de los certámenes culturales del municipio para celebrar un solo megaevento, quedó herida la actividad cultural en Chía.

 

Desde el 19 abril de 2017 cuando el Concejo de Chía decidió aprobar el Acuerdo 113 de 2017 donde se modificaron las fechas de realización de los certámenes culturales institucionalizados en el municipio, para celebrarlos todos en una sola fecha de octubre y hacer así un solo megaevento, el gobierno municipal tomó la decisión de darle una estocada que deja herida de gravedad la actividad cultural en Chía.

Esta política de fusionar las tantas y tan variadas actividades culturales, quitándoles a cada una el tiempo y el espacio que demandan, y que además les es necesario para ganar en presencia y reconocimiento con sus trabajos en la ciudad, terminó no solo por confundir y banalizar el sentido que cada expresión artística tiene, sino que llevó al público a desconocer y subestimar el verdadero trabajo de los artistas y gestores culturales de Chía.

De hecho, los certámenes que se acaban de fusionar, en lo que pareció más una feria que un festival y que se cumplió del 9 al 15 de octubre pasados, fueron siete actividades a saber: 1. IV Festival de Juventudes; 2. LIII Día del Campesino; 3. XIII Festival del Arte Estudiantil; 4. II Festival de la Luna La Leyenda y el Maíz; 5. XXIII Festival de Teatro Diosa Luna; 6. XXXIV Semana Cultural y 7. XXII Festival Gastronómico.

Estos, según se relaciona en el contrato de servicios 2018 CT 542, suscrito el 28 de septiembre de 2018, entre el alcalde, Leonardo Donoso, y José Fernando Pinilla González, quien solo figura en la versión online de páginas amarillas como una organización de eventos, con sede en Cartagena y sin página web. Este señor fue quien contrató con el municipio la realización logística y producción de este certamen, por la suma de $2.573.905.026, millones.

Este contrato, además de su costo, perturba la manera improvisada cómo se llevó a cabo sin mayor promoción en el interior del municipio, que es donde está la gente llamada a disfrutar y participar de estos certámenes. Los espectáculos que trascendieron no fueron de fácil acceso para el público asistente, por una parte por la reducida capacidad del auditorio que solo cuenta con setecientas sillas y, por otra, las filas de dos horas terminaron por limitar aún más el acceso del público a todas las actividades llevadas a cabo en este auditorio, donde los espectáculos se presentaron en una única función y, por último, según versiones de quienes trataron de asistir, porque los empleados de la administración se tomaron la sala para los eventos más cotizados.

De esta manera, el municipio pasa de los festivales de arte a la feria de los espectáculos, donde cabe todo tipo de actividad y lo que cuenta es el mercado. Lo que quiere decir que el arte y la cultura pasan a un segundo plano, porque para el gran público es más asimilable el humor y la recreación, como de hecho se pudo observar en esta feria.

Otro aspecto crítico fue el presupuesto que se destinó, donde según lo pudo establecer el Periódico de Chía, más de la mitad de los recursos se fueron en logística y el grueso del saldo restante en contratar grupos foráneos, lo que significa que la menor inversión se destinó para lo local.

Así como se gastaron recursos inoficiosamente en festivales que ni existen ni tienen trayectoria, como el Festival de Duetos y el Festival de Tunas, estos se hubieran podido aprovechar promoviendo a los grupos teatrales del municipio, que prácticamente brillaron por su ausencia.

En materia de incentivos, premios y reconocimientos a los participantes del desfile de carrozas, campesinos, artistas del Salón de Arte y estudiantes se invirtió una cifra aproximada a los 322 millones pesos, en donde lo único que se promocionó, fue el dinero, “¿Qué haría usted si se ganara 10 millones de pesos?”, fue el gran eslogan de la promoción que más sonó por redes, primero como si esta fuera una gran cifra y segundo porque queda claramente expuesto que el concepto que esta administración tiene para cualquier tema de la ciudad, no es nada distinto al billete.

Finalmente, solo resta decir que la relación costo  – participación y beneficio ciudadano de este certamen fue tan reducido, que terminó siendo un evento para nada democrático.

 

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