Madres adolescentes afrontan grandes problemas socioeconómicos

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Un estudio comprobó que un 27 % de las familias está en alto riesgo por prácticas cotidianas inseguras, no tienen acceso a los servicios de salud o no los utilizan y las condiciones de  y seguridad son desfavorables.

 

Bogotá | Prensa Agencia UN| Salud |

 Un estudio realizado en la localidad de Usme con 70 familias de madres adolescentes lactantes demostró que el 63 % de estas solo tienen un apoyo económico parcial y subutilizan los servicios de salud, además viven en condiciones desfavorables de vivienda y vecindario, lo que representa una amenaza para la salud individual y familiar.

La investigadora Esthefanny Calderón, de la Maestría en Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), comenta que algunas de estas familias demuestran desarmonía en sus hogares y dificultades en el manejo de menores, asociadas con prácticas cotidianas inseguras.

El estudio se desarrolló con familias de madres adolescentes lactantes, menores de 19 años y vinculadas al servicio “Creciendo en Familia” de la Secretaría Distrital de Integración Social, con el objetivo de describir el riesgo al que ellas están expuestas en términos de salud y seguridad.

“Por ejemplo, prevalece acumulación de basuras, malos olores, consumo de sustancias psicoactivas, inseguridad y acumulación de agua contaminada que genera mal olor y mosquitos”, explica la investigadora.

En las entrevistas realizadas a las familias se observó que solo el 10 % de ellas está en riesgo bajo, es decir que son poco saludables pero sus condiciones de salud no son graves.

“El 94 % de las familias se perciben como saludables y solo el 5,7 % como poco saludables, lo que se manifiesta en el apoyo integral que recibe la madre adolescente desde la gestación, el parto y el proceso de crianza, incluida la etapa de lactancia materna”, comenta la investigadora.

Interrupción de la lactancia

Aunque las familias disponen de los servicios de salud el acceso a este es difícil, por lo que, a partir de sus creencias y saberes, cuidan de su propia salud y la de la madre lactante.

En cuanto a los ingresos familiares, se identificó que los hogares cuentan con muy bajos recursos para cubrir las necesidades básicas, ya que sobreviven con trabajos informales, lo cual no les permite realizar actividades diferentes a cubrir gastos en alimentación y aseo.

“Los bajos ingresos de las familias también se constituyen en un factor de riesgo para la interrupción temprana de la lactancia materna, asociado con malas condiciones de vida de los niños y sus familias”, comenta la investigadora.

En cuanto a las condiciones psicoafectivas, se observa que el 74 % de los hogares presentan conflictos que afectan la armonía de la familia, cerca del 46 % relacionados con el consumo de alcohol.

La violencia en los hogares representa un factor determinante para los niños y adolescentes, pues estos ambientes “inciden directamente en la práctica prolongada de la lactancia materna, ya que la madre no contará con las herramientas necesarias que le permitan empoderarse de su rol y, en consecuencia, presentará poco interés por los beneficios que ofrece la lactancia materna para su salud y la de su hijo”, detalla la magíster.

Finalmente, considera que los niveles de riesgo encontrados son una alerta para la implementación de la política pública vigente de infancia, adolescencia y familia por parte de los servicios de salud, de los equipos interdisciplinarios, y específicamente de los profesionales de enfermería.

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