La Encrucijada Estructural de la Economía Colombiana

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Entre mayor sea esta clausura, más demorada la activación económica, mayores perdidas empresariales, mayor desempleo y pobreza.

Habitantes de Ciudad Bolivar piden comida y ayuda. Foto El Espectador
Por Luis Alberto Correa C. Economista | Opinión|

Se necesitó una Pandemia de estas características para entender las debilidades y falencias de nuestra economía pero en particular del sector salud en términos de ausencia de una infraestructura hospitalaria robusta y bien planificada No hay ni los equipos de cuidados intensivos por densidad poblacional y menos el similar número de especialistas en las áreas de neumología, epidemiología y virología, además los escasos profesionales especializados están concentrados en pocas ciudades capitales, y no menos importante la escasa capacidad de investigación y desarrollo asociada también al descuido de los gobiernos en destinar sostenidas inversiones a este estratégico sector, versus el gasto en defensa.

La cuestionada ley 100 tiene nuestro sistema de salud en crisis desde hace 15 años y un indicador incuestionable es el creciente número de tutelas que en 2019 llego a 207.000 con lo que se genera otro problema al también abandonado sistema judicial.

La acumulación de una deuda alrededor de 10 billones de pesos en el sistema de salud por los temas del no POS y demás conceptos sin conciliar durante 10 años, que explican la crisis financiera de muchas IPS y que fue subsanada mediante la ley de punto final, pero  inexplicablemente los recursos no fueron girados de manera ágil previa a la pandemia, determinaron la falta de caja para las inversiones en estas entidades hospitalarias.

No se entiende la desidia del gobierno que dejó abandonado y en obra negra la estructura de un hospital, en Sopó Cundinamarca, que era de la liquidada EPS Saludcoop, diagonal a la hacienda Hatogrande desde hace más de 5 años.

Si el gobierno hubiese actuado más rápido en cerrar aeropuertos y fronteras, las consecuencias en términos de contagios, vidas y costos económicos serian bastante menores.

Se calcula que el costo de esta pandemia se ubicará alrededor del 5.5% del PIB y nadie duda del impacto sobre los mayores niveles de desempleo, pobreza y decrecimiento económico, que sumado a los bajos precios del petróleo acrecientan esta tragedia en las cuentas fiscales y externas.

Las fuentes tradicionales para superar esta crisis son escasas, mayor deuda externa con el FMI e interna con el cupo del Banco de la Republica, así como posibles reestructuraciones de nuestros creditos externos y unos cambios en el presupuesto tanto de defensa como de inversión, pero Colombia no tiene ni la capacidad fiscal ni la logística para atender los sectores informales, vulnerables e independientes por siquiera un mes, con al menos un salario mínimo decente que evite la rebelión del hambre contra esta medida; y entre mayor sea esta clausura, más demorada la activación económica, mayores perdidas empresariales, mayor desempleo y pobreza y mayores las presiones de gasto social.

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