La hora de la verdad

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A propósito del regreso del alcalde, seria oportuno hacerle caer en cuenta, que realice una rendición de cuentas de verdad, ya que el municipio la merece, la necesita y la reclama.

Por Juanita Ardila | Directora EPDC | Opinión |

  ¿Qué es lo que realmente está pasando en Chía? se pregunta la gente del común, el hombre de la calle, el ciudadano de a pie, el ama de casa, el trabajador, el estudiante… ya que para la mayoría, la sensación es que en el municipio se réplica la situación que vive el país. 

Descuadernado, caótico e inseguro y a pesar de esta percepción, el gobierno nacional hace contrapeso a la situación con discursos tan positivos y maravillosos que en nada se acercan a la realidad que vive la gente.

Igual sucede en Chía, donde hoy por hoy poco casi nada está funcionando como es debido y sin embargo, las declaraciones de los funcionarios públicos hablan casi de perfección, cuando se refieren a sus trabajos, obras y gestiones.

Pero si observamos con detenimiento veremos que el presupuesto se gasta a manos llenas. En cinco meses se cumplen ya dos años de gobierno, y en esos cinco meses este “prospero” municipio, supuestamente ya habrá gastado por lo menos 500 mil millones de pesos, de un presupuesto de más de un billón de pesos para el cuatrienio.

En relación con estos dineros, seguramente, la administración dirá que esos recursos son mucho menores, ya que este gobierno recibió la ciudad con un alto déficit presupuestal y que de hecho el Plan de Desarrollo Municipal planteó, pese al rechazo y las críticas ciudadanas, la búsqueda de recursos externos. Pero de lo que han conseguido, tampoco se sabe nada.

Los recursos gestionados según el sentir ciudadano, no se han visto y tampoco la gente cree que se hayan invertido de la manera adecuada para que en el municipio se viva mejor. Algunas obras se ven, pero ninguna se ha terminado.

Y es que en materia financiera caben todo tipo de especulaciones, más cuando han sido tan escasas las cuentas por concepto de ingresos, egresos, gastos, inversiones y deudas, así como la relación de los presupuestos destinados a cada secretaria frente al impacto, cobertura y eficiencia que estos rubros han tenido en la gestión de cada entidad.

Es así como en esta materia no hay nada claro porque a la fecha nadie ha dado cuentas al respecto, ni se ha dicho en qué y cómo se han gastado estos recursos públicos. Y a propósito del regreso del alcalde, seria oportuno hacerle caer en cuenta, que realice una rendición de cuentas de verdad, ya que el municipio la merece, la necesita y la reclama.

Lo que sí está claro es que la ciudad se esta convirtiendo en una reserva natural de elefantes blancos, y que buena parte de estos recursos se están destinando a alimentar las paquidérmicas obras que prosperan entre las prácticas corruptas y la ineficiencia administración municipal.

Hablemos de algunos ejemplares. El Centro Administrativo Municipal CAM, una joven obra que nació infectada de corrupción, ya que fue gestada mediante la mentira el engaño y la trampa que el exalcalde Leonardo Donoso Ruiz, tejió a manera de un increíble entramado básicamente con dos propósitos, su beneficio personal, e impactar al municipio con una obra que será altamente ineficiente, porque en ese edificio no cabrá toda la burocracia administrativa municipal y resultará siendo el triple de costosa de lo que inicialmente él planteo. Es más, la constructora ya esta pidiendo más tiempo y recursos para seguir adelante con la obra. Situación que sumada a la escases de recursos, el CAM pinta, por un buen tiempo, como un elefante blanco más del municipio. 

Por su parte la población espera que el Concejo Municipal no apruebe el empréstito, por 21 mil millones de pesos, que ya solicitó la Secretaría de obras a la corporación, para terminar este proyecto. Que nada se apruebe, poden los veedores, hasta tanto no se realice un estudio de fondo de las ilegalidades y sobrecostos que al parecer se han identificado en este contrato y que ha llevado a instaurar varias denuncias judiciales. 

Junto al CAM, e inclusive superando su cuantía, se encuentra la cacareada Troncal de Los Andes, gestada también por Leonardo Donoso, junto a dos de sus incondicionales socios en buenas ideas, el exgobernador Jorge Rey y el inhabilitado y sancionado exdirector de la CAR Néstor Franco.

Ellos, bajo el mismo modelo de mentiras, trampas y engaños, prefirieron apostarle a una carretera de 3.2 km que a un viaducto sobre la autopista como debe ser, en línea recta, fácil y ágil para todos los actores viales y del entorno, de manera que se facilitará realmente la movilidad.

De este deber ser, los poderosos señores llamados a defender lo público, optaron por trabajar para los privados hasta que la naturaleza, a través de un cuerpo de agua que nunca habían visto, se interpuso en su camino y por ello la obra quedo suspendida por orden judicial, y ahí continua paralizada desde hace meses, en medio de una acalorada controversia jurídica, sin que aún se sepa por donde va ir finalmente el trazado de esta vía.

Y así,  podríamos seguir escribiendo un rosario de obras inconclusas que se convierten en elefantes blancos, amarillos, rojos y verdes, porque en Chía los problemas llegan de todos los colores, solo hay  que preguntarle a sus habitantes de que color les llega el agua de consumo y la mayoría dirá que café.  Y no desde hace unos días, si no ya desde hace varios meses.

La insatisfacción de los usuarios con Emserchía no solo se remonta a los ya legendarios y vergonzosos elefantes blancos en que se han convertido la Ptar I y II, asuntos aún sin resolver. A esto se suma el agua impura e impotable que le está llegando a tantas familias de la ciudad sin que la empresa se responsabilice por esto o bien solucionando el problema o bien evitando el pago de un servicio que no reciben a cabalidad.

A esto se suma el recelo que está despertando entre los habitantes de la ciudad la política administrativa que se está implantando en la empresa al cambiar el personal residente en la ciudad, por funcionarios que llegan de Bogotá, en su mayoría de Fontibón, ahora a trabajar a Chía.

Por estas y otras tantas razones más la ciudadanía espera, con ansias, los cambios que hará el Alcalde Luis Carlos Segura, en su segunda crisis de gabinete. Ya que si en la primera crisis no hizo cambios, en esta oportunidad tendrá que demostrar si su compromiso y lealtad está con la población de Chía o con aquellos funcionarios que no han respondido a la altura de las exigencias del municipio.

Imagen de portada: Ptar II de Chía a los inicios de su construcción. Foto Universidad Distrital, Interventoria.

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1 comentario

  1. Carlos Vargas 27 julio, 2021 at 11:26 Responder

    La Lealtad es para quienes le financiaron campaña, hizo muchos COMPROMISOS POLITICOS, que Hoy está cumpliendo, el Municipio NUNCA está en sus mentes, solo que para usarlo a favor de sus cuantiosos y productivos proyectos personales, CUESTE LO QUE CUESTE.

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